Cuatro recomendaciones en Netflix, Amazon Prime Video, HBO y Filmin

Premio a una de las mejores películas de animación

La vida de Calabacín, en Filmin y en Amazon Prime Video

Llega a Filmin este caramelo que fue considerado por muchos la mejor película de animación de 2016. La vida de Calabacín, filme en stop-motion basado en Autobiografía de un Calabacín, de Gilles Paris, es un relato descarnado de la vida sin amor de unos niños abandonados por sus padres. Pero, un relato, también, lleno de esperanza y de ternura, según estos infelices infantes van forjando una nueva familia entre las paredes del orfelinato con la ayuda de adultos buenos, que también los hay.

Una crónica que pasa del nudo en la garganta a la emoción profunda gracias a ese equilibrio extraño de intimidad y universalidad, de dureza e inocencia, de madurez e infantilismo que es capaz de crear la aquí guionista Céline Sciamma, que unos años después nos encandilaría con Retrato de una mujer en llamas.

Sus diálogos, tan violentos, contrastan con las voces de caramelo que un grupo de niños, actores no profesionales, pusieron a las marionetas ideadas por Claude Barras: orejitas hacia fuera, narices rojas y unos preciosos ojos que lo dicen todo sin necesitar palabras. Esa es la manera en la que el director se dirige a sus espectadores más pequeños: tratándolos como si fuesen adultos no solo en el fondo sino también en la forma, con tomas largas, silencios y emociones que crecen lentamente.

Espías en el conflicto mundial más enrevesado

The Honourable Woman, en HBO

Pocas ficciones han conseguido hacerle sombra a esta miniserie de ocho capítulos sobre espionaje en el conflicto palestino-israelí. En esta producción de la BBC, una descomunal Maggie Gyllenhaal interpreta a Nessa Stein, una empresaria judío-británica que ha reconvertido la empresa familiar que fabricaba armas para Israel en una fundación que persigue el desarrollo y la paz en Oriente Medio. Pero, siendo una miniserie de espías, no todo es tan sencillo, claro.

El misterioso suicidio de un socio palestino de los Stein desencadena una serie de reacciones del gobierno israelí, la OLP y el gobierno británico que pone en alerta a los servicios secretos del país. Es entonces cuando hace su aparición estelar Sir Hugh Hayden-Hoyle –estupendísimo Stephen Rea, slapstick puro–, el agente del MI6 responsable de Oriente Medio que intenta resolver el polvorín mientras reconquista a su exmujer (Lindsay Duncan).

Más allá de la lograda trama de espionaje que engancha como una buena novela de Le Carré, The Honourable Woman brilla con luz propia en la construcción de un personaje femenino roto –nadie llora como la Gyllenhaal–, inmerso en intrigas geopolíticas internacionales, un personaje que desde su inocencia intenta limpiar el apellido paterno y aportar soluciones al conflicto mundial más enrevesado. Esa mirada limpia contrasta con la descripción que se hace del cinismo de los servicios secretos, más preocupados por asegurarse el despacho con vistas que por acabar con las luchas entre israelíes y palestinos.

Superhéroes deconstruidos

Glass, en Disney +

Disney + añade a su catálogo Glass, solo le falta Múltiple para ofrecer al completo la trilogía de superhéroes de M. Night Shyamalan. Una trilogía sobre la deconstrucción de los superhéroes que el director concibió ya en tiempos de El protegido pero que sus vaivenes con los estudios retrasaron más de lo que nos hubiese gustado. Aunque mejor quizás que así fuese porque la sorpresa al final de Múltiple fue descomunal.

Glass sigue los pasos del protagonista de El protegido, David Dunn (Bruce Willis), intentando atrapar a La Bestia (James McAvoy), una de las personalidades del enfermo con trastorno de identidad disociativo que protagonizaba Múltiple. Como su mismo nombre indica, Glass suma a esta pareja al villano que atormentaba a Bruce Willis en El protegido. ¿Qué puede salir mal cuando todos están atrapados en un psiquiátrico bajo la guardia de Sarah Paulson?

Antifábula de La cigarra y la hormiga

Los primos, en Filmin

Filmin ha estrenado un ciclo dedicado a Claude Chabrol y aquí lo celebramos recordando Los primos, la segunda película del cineasta francés ganadora del Oso de Oro en el Festival de Berlín. Lo que empieza como un desenfadado retrato de la juventud de la época, en la línea estética y temática de la Nouvelle Vague, termina siendo una enmienda a las fábulas morales al estilo de La cigarra y la hormiga.

El filme cuenta la historia de dos primos que comparten piso en París como estudiantes. Uno es bebedor, mal estudiante, mujeriego y juerguista. El otro viene de provincias, está enmadrado, es serio, responsable y cree en el amor verdadero. Chabrol contrapone las fiestas de uno con la seriedad del otro, que intenta llevar a su primo por el buen camino. Sin embargo, traiciona todas nuestras expectativas premiando al primo bala perdida, castigando al otro.

Godard, por entonces crítico de Cahiers du Cinéma y ya aficionado a los golpes de efecto, dijo de Los primos: “Es una película entretenida que te sacará de tus preocupaciones cotidianas, un filme falso que te ofrecerá verdades”. Rodada en un precioso blanco y negro y con un guapísimo Gérard Blain como protagonista es una maravillosa revelación del talento como director de Chabrol.

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