Nuevas pistas en la búsqueda de una solución para la ganancia de peso a partir de la mediana edad

  • "Este trabajo indica que nuestra tendencia a aumentar de peso no se debe solo a malas elecciones en el estilo de vida o a la falta de voluntad".
  • En los ratones en los que se inhibió la enzima DNA-PK, la subida de peso fue un 40% menor.
  • La investigación se vincula también hacia la búsqueda de una solución a otras enfermedades crónicas como la diabetes.
La genética, y no solo el nivel de ejercicio o los hábitos de alimentación, influyen a la hora de sumar kilos.
La genética, y no solo el nivel de ejercicio o los hábitos de alimentación, influyen a la hora de sumar kilos.
EUROPA PRESS
La genética, y no solo el nivel de ejercicio o los hábitos de alimentación, influyen a la hora de sumar kilos.

Los expertos saben que bajar de peso es más difícil a partir de entre los 30 y 40 años, pero no terminan de comprender los cambios biológicos que provocan que las personas suban de peso desde la mediana edad.

La investigación, realizada en el Instituto Nacional del Corazón, Pulmones y Sangre de Estados Unidos, apunta a encontrar razones genéticas para la obesidad en los adultos, más allá del estilo de vida o la falta de ejercicio.

Al investigar estos cambios en animales, encontraron que la enzima DNA-PK aumenta su actividad con la edad. La enzima no solo estimula la conversión de nutrientes en grasas, sino que disminuye la cantidad de mitocondrias, los espacios en las células que toman esa grasa y la transforman en energía para el cuerpo, según un estudio publicado en la revista Cell Metabolism.

Para los investigadores, este descubrimiento abre la puerta para el desarrollo de un nuevo tipo de medicación para perder peso que puede funcionar inhibiendo la actividad de la DNA-PK.

La investigación vincula por primera vez la acción de esta enzima con la edad y la obesidad, lo que para los investigadores tiene también derivaciones hacia la búsqueda de una solución a otras enfermedades crónicas como la diabetes.

Para identificar el papel que en la obesidad cumple esta enzima, denominada DNA-PK, los investigadores trabajaron con ratones. En el estudio, los científicos administraron a un grupo de ratones alimentados con grasas un inhibidor que bloqueaba el efecto de esta enzima, mientras en otro conjunto la dejaron funcionar normalmente.

Así hallaron que en el grupo que había recibido el inhibidor, la subida de peso era un 40% menor.

"Este trabajo indica que nuestra tendencia a aumentar de peso no se debe solo a malas elecciones en el estilo de vida o a la falta de voluntad", apuntó Jay Chung, uno de los autores del estudio e integrante del Laboratorio de Investigación en Obesidad y Envejecimiento del instituto. "Hay un programa genético que lo maneja", agregó.

Sin embargo, advirtieron, los fármacos que inhiben la enzima todavía no han sido probados en humanos. Precisamente, a los investigadores les gustaría desarrollar un mejor inhibidor, según dijo Chung.

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