Comer casi para dos: pautas para garantizar la buena alimentación durante el embarazo

  • La dieta de la madre debe cubrir las necesidades de energía y nutrientes de ella y del feto y garantizar, tras el parto, la buena lactancia.
  • La ingesta para una embarazada con normopeso es de 200 calorías extra al día.
  • Este incremento de energía debe realizarse mediante una dieta variada y equilibrada, sin abusar de ningún tipo de alimento.
Embarazada
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No hay que comer para dos, pero sí es cierto que la alimentación durante el embarazo es fundamental tanto para el niño como para la madre ya que los requerimientos de energía y el perfil de la dieta debe adaptarse ante un aumento de la masa grasa. La dieta de la madre debe cubrir las necesidades de energía y nutrientes de ella y del feto y garantizar, tras el parto, una lactancia materna exitosa.

Como explican María Achón y Tuñón y Ana Montero Bravo, doctoras en Farmacia, y Natalia Úbeda Martín, doctora en Ciencias Biológicas, profesoras en la Universidad San Pablo CEU de Madrid, los kilos que se ganan en el embarazo influyen significativamente en la buena marcha de la gestación, pero también es determinante el peso previo que la madre tuviera al quedarse embarazada.

Las recomendaciones de ganancia de peso en relación al Índice de Masa Corporal (medida que se calcula dividiendo el peso al cuadro por la altura en centímetros) son:

  • Bajo, IMC menor a 18,5: ganancia en kilos recomendada de 12,5-18 kilos
  • Normal, IMC 18,5-24,9: ganancia de 11,5-16 kilos
  • Sobrepeso IMC 25-29,9: ganancia de 7-11,5 kilos
  • Obesidad IMC más de 30: ganancia de 5-9 kilos

La dieta recomendada

Durante la gestación se produce una adaptación metabólica de la madre que permite un mejor aprovechamiento de la dieta y, por lo general, disminuye la actividad física, por lo que no es necesario aumentar el consumo de alimentos en igual medida que el coste energético. Sí es necesario aumentar la ingesta respecto a la que toma una mujer no gestante.

La ingesta recomendada para una mujer embarazada con normopeso (entre el 18,5-24,9 del IMC) es de 200 calorías extra al día como media. Este incremento de energía debe realizarse mediante una dieta variada y equilibrada, sin abusar de ningún tipo de alimento. Se deben evitar las carnes crudas o poco cocinadas para evitar la toxoplasmosis –en una embarazada puede transmitir al feto el parásito y provocarle lesiones cerebrales, ceguera, sordera, hidrocefalia o microcefalia–.

En cuanto al perfil calórico, es el propio de una dieta equilibrada: el 50-55% procede de los hidratos de carbono ( pan, pasta, cereales, patatas…); el 30-35% proviene de grasas (sobre todo del aceite de oliva) y el 10-15% de las proteínas (pescado, carnes, huevos…).

Los alimentos aconsejados y su frecuencia de consumo son:

  • Cereales y derivados: 4-6 raciones/día
  • Frutas: 3 o más raciones/día
  • Verduras y hortalizas: 3 o más raciones/día
  • Aceite de oliva: 3-4 raciones/día
  • Leche y derivados: 4 raciones/día
  • Pescado blanco o azul, carnes magras (pollo, pavo, ternera), huevos, legumbres, frutos secos: 2 raciones/día
  • Carnes, rojas, embutidos, precocinados, helados, dulces, bollería, caramelos…: sólo consumo ocasional

Además, no hay que abusar de la sal ni de los picantes, no consumir alcohol y tomar en torno a 2 litros de agua diarios, sin olvidar hacer ejercicio físico moderado y regular, como paseos diarios de una hora.

Nauseas y vómitos

Las nauseas y los vómitos son un trastorno común durante los primeros meses del embarazo y suelen desaparecer a la décimosexta semana. Son más frecuentes por las mañanas, en ayunas, y si son persistentes pueden provocar deshidratación y alteraciones metabólicas.

Estas son algunas medidas que ayudan a aliviar las náuseas y vómitos:

  • No tomar alimentos fuertes ya que el olor provoca náuseas
  • Fraccionar la dieta en 5 tomas al día: facilita la digestión y evita intensas pérdidas de energía y nutrientes
  • Los alimentos no grasientos y ricos en hidratos de carbono son fácilmente digeridos y tolerados
  • Es conveniente beber líquidos sobre todo entre comidas. Especialmente adecuados los zumos y batidos
  • Tomar abundante fruta y verdura
  • Alimentos de poco volumen y elevada densidad de nutrientes como frutos secos o barritas de cereales son una opción
  • Recurrir, si el médico así lo considera, a suplementos de vitaminas y minerales
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