La piloto que se vengó de los machistas

Mitsubishi organizó una broma de cámara oculta para algunos posibles compradores de sus coches. Consistió en poner a Leona Chin, piloto drifter profesional, como una falsa vendedora de concesionario, nerviosa por su falso primer día de trabajo. La supuesta vendedora atendía a los interesados en las pick-up de la marca, con inocencia y mostrándose dubitativa a la hora de enseñar los coches, a lo que algunos respondieron asegurando que se trataba de coches "para hombres". Pero todo cambia a la hora de salir a la carretera y probar el coche: se venga de los que se habían burlado de ella.