El Titanic del Mediterráneo: el naufragio hundido en una conocida playa de Murcia

El fatídico desenlace del submarino comercial 'Titan' con cinco tripulantes millonarios a bordo en búsqueda de los restos del histórico Titanic, ha puesto de moda los naufragios hundidos en medio del océano convertidos en un gran cementerio, ya sean provocados por la meteorología o las guerras entre humanos. Sin embargo, lo que no muchas personas todavía a día de hoy no saben en España es que seis años antes de que se fuera a pique el legendario buque de la 'White Star Line' se produjo un fatídico accidente en las costas murcianas del cabo de Palos. 

Fue el 4 de agosto de 1906, el capitán del SS Sirio, Giuseppe Piccone, cometió un error fatal al acercarse más de la cuenta al litoral bañado por el Mediterráneo, un lugar donde, en ciertas zonas, la profundidad no supera los tres metros. Ni el aviso del faro ni las tragedias del Nord America, en 1883, y el Minerva, en 1899, le convencieron para bordear las islas Hormigas, como hacían el resto de barcos. En torno a las cuatro de la tarde, el transatlántico de 115 metros de eslora impactó con el fondo y se quedó varado, elevándose poco a poco su proa y escorándose a estribor. 

Seguidamente, se anegaron los compartimentos de popa y exploraron las calderas, lo que impulsó al capitán y los miembros de la tripulación a subirse en los botes salvavidas y abandonar a los pasajeros a su suerte. Tuvieron que ser los pescadores del Cabo de Palos quienes se esforzaran en salvar vidas. Pese a todo, aún se desconoce cuántas víctimas arrojó el naufragio italiano, estimándose doscientas cuarenta de más de setecientos pasajeros, aunque sin contar los emigrantes ilegales que viajaban a bordo. Al igual que sucedió en 1912 con la catástrofe del Titanic, entre los fallecidos se encontraban personalidades de la época, como la cantante Lola Millanes Borre y el arzobispo José de Camargo Barros.

Las islas españolas sin habitantes ni carreteras que tienen uno de los mejores fondos marinos para hacer esnórquel

La historia de Sirio: el trasatlántico italiano en Murcia

El 2 de agosto de 1906, el trasatlántico italiano SS Sirio zarpó de la ciudad de Génova con destino a América del Sur. La travesía prevista bordeaba la costa sur de Francia y hacía una parada en Barcelona para después atravesar el estrecho de Gibraltar y cruzar el Atlántico hasta Brasil, Uruguay y, finalmente, Argentina. Pero las cosas no salieron como se esperaban. 

Dos días después de partir de la ciudad italiana, el barco se aproximaba a la zona de Cabo de Palos para continuar su camino hacia Gibraltar. El capitán del trasatlántico, Giussepe Piccone, tomó la decisión de pasar por en medio de los dos faros de la localidad, uno situado en el propio Cabo de Palos y otro construido en las Islas Hormigas. Y fue entonces cuando sucedió la tragedia.

Los responsables de estos faros se pusieron rápidamente en contacto con el capitán del barco, informándole de la peligrosidad de la zona. El relieve rocoso del Cabo de Palos, y más concretamente una aguja de piedra a pocos metros de la superficie, fue lo que causó el accidente fatal. El casco del barco quedó fuertemente rasgado, lo que supuso su inevitable hundimiento. En un principio el trasatlántico no quedó totalmente sumergido, sino que parte de él permaneció en la superficie durante 16 días. Finalmente, un temporal provocó que se partiera en dos y sus restos se sumergieron hasta el fondo marino donde aún descansan.

Cómo ver este barco hundido en la costa del Mediterráneo

Los restos del Sirio II se encuentran a una profundidad de entre cuarenta y sesenta y cinco metros, de modo que las inmersiones son solo aptas para buceadores experimentados. A día de hoy es posible sumergible en las aguas murcianas para contemplar estos vestigios, así como disfrutar de la rica biodiversidad de flora y fauna de las formaciones rocosas a baja profundidad. 

Para ello es necesario contratar los servicios de la empresas, centros o clubes dedicados al buceo, que organizan salidas en el Cabo de Palos durante todo el año. Eso sí, para poder disfrutar de esta experiencia en el mundo submarino, es necesario aportar la titulación de buceo en vigor, un reconocimiento médico con validez de dos años y un seguro de accidente. Algunos de los centros de buceo que disponen de esta emocionante actividad son el Centro Naranjitos, el Centro Balkysub y el Centro Planeta Azul.