Lo que no te cuentan sobre los televisores gigantes: problemas que te puedes encontrar cuando subes las pulgadas

Antes de hacer una gran inversión en el entretenimiento multimedia de tu hogar, es posible que te interese valorar no solo sus pros, sino también sus contras. Aquí te explicamos qué debes tener en cuenta.
Aunque los pros de una tele gigante sean muy impresionantes, conviene también prestarle atención a los contras.
Aunque los pros de una tele gigante sean muy impresionantes, conviene también prestarle atención a los contras.
TLC
Aunque los pros de una tele gigante sean muy impresionantes, conviene también prestarle atención a los contras.

¿Quién no ha soñado alguna vez con tener un televisor gigante en casa? De esos que convierten el salón en lo que parece una sala de cine. Hay ejemplos de Smart TV grandiosas y con lo último en tecnología, como TCL X11G Max, de 115 pulgadas, o Hisense Mini LED TV 100U7KQ, de 100 pulgadas.

No obstante, no todo son ventajas cuando hablamos de televisores inteligentes gigantescos. Y, aunque sus pros llamen mucho la atención, conviene fijarse también en los contras antes de decidirse por comprar una.

Fatiga visual

Cuando vamos al cine, como mucho, pasamos tres horas frente a pantallas enormes, pero si es la pantalla de casa, se está mucho más tiempo delante de un televisor que emite mucha luz. Esto puede causar fatiga visual.

Para evitarla, lo ideal es alejarse de la pantalla. Con un televisor de 49 pulgadas, lo recomendable es que esté a 627 milímetros del suelo y a una distancia de unos 1881 mm de los espectadores. Por lo tanto, un televisor de 100 pulgadas tendría que estar a una altura de unos 1.279 mm y a una distancia de aproximadamente 3.838 mm. A no ser que tengas un salón muy grande, esto es complicado.

Además, independientemente de la distancia, la luz que emanaría de la pantalla seguiría siendo molesta para muchos.

Más calor

Ahora que los veranos son cada vez más calurosos, cualquier medida para combatir las altas temperaturas es bien recibida. Un dispositivo de las dimensiones de las que estamos hablando produciría mucho calor.

¿Alguna vez has probado a acercarte a tu televisor actual durante las olas de calor? Imagínate ese calor a lo grande. Tendrías que renunciar a ver la tele en verano o gastar mucha electricidad en poner el aire acondicionado.

Peor sonido

Los fabricantes se esmeran en que sus dispositivos cuenten con una muy buena calidad de audio y vídeo. Sin embargo, cuanto más grande sea la pantalla, más complejo es asegurarse de que el sonido no rebote en la parte trasera y genere eco.

Dependiendo del tamaño del salón, también puede haber complicaciones con las frecuencias medias y graves, o puede haber ligeros retrasos con el audio.

Una instalación difícil

No creo que sea sorpresa para nadie el hecho de que un televisor con una pantalla enorme es mucho más pesado que uno con dimensiones más convencionales. Podrían llegar a los 70 o 75 kilogramos fácilmente, lo que complica su instalación.

Una vez colocado, hay que tener en cuenta que el mueble que sirva de soporte deberá ser muy resistente. De lo contrario, es posible que la casa termine sin el estante ni la tele y haya que hacer una nueva gran inversión.

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