El ordenador iMac es un modelo que desde su salida al mercado ha dado motivos por los que ahora comprendemos que para muchos Apple sea la mejor compañía tecnológica a nivel de dispositivos. Concretamente, el 15 de agosto de 1998, el iMac llegó a las tiendas y, en los 25 años transcurridos desde entonces, ha sido un producto central de la compañía de Cupertino que influyó en muchos otros productos, tanto dentro como fuera de la empresa.
En un principio, el iMac contradecía todas las reglas de la industria de los ordenadores de mediados de los 90, debido a que era una unidad autónoma, adoptó una nueva tecnología, se conectaba a los accesorios a través de algunos puertos estándar, inició la revolución USB y no tenía una unidad de disquete de 3,5 pulgadas.
Respecto al diseño, adoptó una forma que se estrechaba detrás de la pantalla porque lo cubría todo con una carcasa de plástico semitransparente de color aguamarina y blanco, teniendo en cuenta que ofrecía una vista clara de la estructura interior del PC. Además, el frente y la parte inferior eran un plástico blanco más opaco con un patrón acanalado de rayas verticales.
Grandes capacidades de hardware y software
El éxito del iMac también influyó en el diseño del hardware en los años venideros, pero su influencia tenía ciertos límites. Cuando la torre Power Mac de última generación llegó con un revestimiento azul y blanco, los usuarios profesionales se rebelaron, pero después de unos años, fue rediseñado para ser un rectángulo de plástico blanco.
Asimismo, el ordenador podía arrancar desde su unidad interna de CD-ROM, teniendo en cuenta que era capaz de instalar software de terceros y jugar a juegos de entretenimiento.
Un modelo de transición
Vender el iMac como dispositivo de Internet fue un golpe de genialidad. Llegó con un módem incorporado, lo que condujo al comercial definitivo de iMac TV: enchufas el iMac a la corriente, enchufas un cable de teléfono en su conector de módem y estás en línea; no hay un tercer paso.
Desafortunadamente, la mayor desventaja de Apple fue su incompatibilidad (había que ejecutar los mismos programas que se ejecutaban en la escuela o el trabajo), además, la compañía de Cupertino había creado una comunidad de clientes que sentían que el producto era superior a la competencia.
Después, tras su lanzamiento, el iMac se hizo tan conocido que incluso pudo haber eclipsado a la marca Apple por un tiempo –fue al menos un indicador lo suficientemente fuerte como para que el fabricante comenzara a usarlo en otros productos–. Y si bien los fabricantes de PC pasaron muchos años intentando (y fallando, en su mayor parte) hacer imitaciones de iMac, en realidad, el ordenador de Apple era un dispositivo de transición a los portátiles.
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