Dos potentes altavoces para trabajar y disfrutar de la música

Son grandes. En todos los sentidos. Los DM-50D de Pioneer no pasan precisamente desapercibidos sobre un escritorio, pero tienen un diseño sencillo y clásico que tampoco desentona. 

Disponibles en blanco o negro, están fabricados en plástico mate y materiales nobles en el apartado sonoro. Cuentan con una única ruleta frontal para controlar el volumen en uno de los altavoces y un conector de auriculares de 3,5 mm.

Es la parte trasera la que se reserva para todas las conexiones: un RCA, un mini estéreo y dos terminales de entrada TRS. Además, es aquí donde se puede controlar también su doble modo, creación o DJ. No hay mucha diferencia entre ambos. El primero ofrece un sonido más neutro para aquellos que necesiten controlar la salida de audio para trabajar o simplemente disfruten con una representación más natural. El modo DJ potencia los bajos y pone el sistema en modo fiesta. 

Pioneer DJ

Es una pena que Pioneer no incluya además un sistema de regulación de agudos y graves para que cada usuario lo configure a su gusto.

Situar el botón de encendido y apagado en la parte traser es una buena decisión desde el punto de vista del diseño, para dejar limpio el frontal, pero incómodo en el día a día. Hubiera bastado con que la ruleta al mínimo apagara los altavoces para solucionarlo.

Los dos altavoces tienen un amplificador de clase D con DSP de muestreo de 96 kHz, un ‘woofer’ de 5 pulgadas y un ‘tweeter’ de 3/4. 

El conjunto ofrece un sonido estéreo completo, rico en matices y nítido, capaz de alcanzar gran volumen sin distorsionar y potenciar los graves sin despeinarse. 

La diferencia entre el modo de producción y trabajo y el de DJ más fiestero, no es muy notable, aunque se aprecia más a un volumen alto.

Su precio ronda los 200 euros y existe una versión con conectividad bluetooth que los encarece 50 euros. Así mismo existe una versión inferior con peor calidad de sonido que se sitúa en torno a los 100 euros.