Análisis del Smartmi P1: aire puro, elegante y con un asa para el transporte

El Air Purifier Smartmi P1 es elegante y pequeño y queda bien en cualquier sitio
El Air Purifier Smartmi P1 es elegante y pequeño y queda bien en cualquier sitio
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El Air Purifier Smartmi P1 es elegante y pequeño y queda bien en cualquier sitio

Los purificadores de aire domésticos e inteligentes comenzaron a llegar desde China al mercado español poco antes de la pandemia, lo que podría llevar a pensar a los más conspiranoicos las más alocadas teorías. De lo que no hay duda es de que la covid-19 ha popularizado el uso casero de estos dispositivos, que limpian el aire de manera bastante efectiva de todo tipo de impurezas y a veces incluso decoran.

El Smartmi P1 es un dispositivo bastante elegante y discreto que mide solo 36 centímetros de alto y 22 de diámetro y cuesta 180 euros

El P1 es capaz de purificar habitaciones de hasta 30 metros cuadrados en solo 20 minutos, dejando el aire libre de cualquier partícula superior a las 2,5 micras (PM2,5), lo que incluye el humo, el polen, los ácaros...

Está disponible en dos acabados y cuenta con un asa de cuero sintético para transportarlo, pero debe estar conectado a la luz para funcionar
Está disponible en dos acabados y cuenta con un asa de cuero sintético para transportarlo, pero debe estar conectado a la luz para funcionar
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A un nivel mínimo –que es en el que funcionará el 90% del tiempo si lo ponemos en modo automático– el ruido que emite su ventilador es imperceptible y solo en momentos puntuales en el que el P1 detecte un aire enrarecido el usuario oirá un leve zumbido

Para medir la calidad del aire, el purificador cuenta con unos sensores láser situados en la parte trasera del dispositivo.

Controles táctiles y con el móvil y la voz

En la parte superior, el purificador cuenta con una pantalla táctil que permite al usuario controlar el nivel de absorción del aire y poner un temporizador, así como comprobar la calidad del ambiente en una escala numérica y en un indicador de nivel de polen que funciona como un semáforo

El P1 también se puede controlar a través de una aplicación para móvil de forma remota o incluso con la voz con Google Assistant o Alexa; pero lo más habitual será usar el dispositivo en modo automático y modificar su potencia solo en momentos muy puntuales.

Los filtros que consume el P1 son de tres capas y hay que cambiarlos dependiendo del uso entre 6 o 12 meses, cuando se lo indica al usuario el propio ‘gadget’. El acceso al compartimento del filtro está en la parte inferior y es muy cómodo. Cada recambio cuesta 30 euros.

Disponible en plateado y negro, el P1 tiene un diseño moderno que se complementa con un asa de cuero que facilita llevarlo de un sitio a otro.

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