Tecnología, también en los dibujos: así es como Pixar usa los hipercolores en sus películas para engañar a tu cerebro

Para las escenas de la película de Coco, el equipo de fotografía viajó hasta México para captar bien la luz.
Para las escenas de la película de Coco, el equipo de fotografía viajó hasta México para captar bien la luz.
Pixar
Para las escenas de la película de Coco, el equipo de fotografía viajó hasta México para captar bien la luz.

Dotar de luz a una película de dibujos animados no es lo mismo que hacerlo en una película con actores y sets reales. Para las películas de Pixar, la imaginación de los creadores no tiene límites. A través de un software que crea conjuntos virtuales e iluminación virtual, los mundos de las películas de animación se hacen realidad, al menor dentro de la pantalla.

En la grabación de películas de carne y hueso, las cámaras y lentes que se utilizan tienen aberración cromática y sensibilidades o insensibilidades a longitudes de onda específicas de la luz. Sin embargo, a la hora de crear un mundo dibujado con cámaras virtuales existe una infinitud de luz y gamas cromáticas. Las posibilidades pueden llegar tan lejos como la imaginación de los diseñadores lo permitan. 

El único límite de las películas de animación serían las propias pantallas que muestran el resultado final. No obstante, Pixar parece que es capaz de sobrepasar esa barrera de la pantalla o, al menos, así lo asegura Adam Rogers en su libro Full Spectrum.

Cuando la película de Coco todavía estaba en producción, había una escena en la que Miguel, el personaje principal, se entera de que ha estado escondiendo una guitarra. En ese momento, la escena se tiñe de rosa y púrpura por el crepúsculo de los últimos momentos del día en México.

Danielle Feinberg, directora de fotografía de Coco, viajó varias veces con su equipo a México para mimetizar el paisaje del país. Para prepararse, Feinberg capturó fotos y escribió innumerables notas sobre la iluminación. Su equipo y ella trabajaron para que las escenas reflejasen la misma luz y colores que lo que habían visto. A pesar de sus esfuerzos, la escena crepuscular no quedó tal y como la directora de fotografía esperaba.

Cuando Feinberg se dio cuenta, ya era demasiado tarde para retroceder: “Estábamos en el punto en el que se lo íbamos a mostrar al director y le pedí al encendedor que pusiera una luz fluorescente verde en la cocina”. 

Esta petición de última hora era arriesgada, pero Feinberg quería transmitir su recuerdo de las cálidas y acogedoras cocinas que había visto en México. “No estaba segura de que el director fuera a estar contento con la luz fluorescente verde en el fondo”, comentó la directora de fotografía. Sin embargo, el director Lee Unkrich estuvo de acuerdo.

Casi todas las películas de Pixar se desarrollan dentro de una paleta de colores específica que cineastas, como Feinberg, sacan y utilizan para planificar cada escena. Sin embargo, películas como Coco complican el proceso: cuando la historia se traslada a la Tierra de los Muertos, las escenas parecen hechas de neón.

Generalmente, usamos el color para expresar la vida, pero las culturas humanas han cambiado y que aquí asociemos el color a la vida no implica que siempre se haya hecho así. Feinberg y su equipo estaban seguros de que la Tierra de los Muertos debía tener “todos los colores”. Para transmitir lo que querían, era necesario hacer un buen uso de la iluminación digital.

Pixar logra mediante su software mostrar diferentes niveles de brillo, como una escena mirada con la luz de una vela o con el reflejo de un cielo crepuscular. En cualquier caso, el límite de la luz que se ve en las películas de animación no depende únicamente de la realidad, sino que también depende de las emociones que queramos ofrecer al espectador.

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