Croacia: la joya escondida del Adriático

  • Su ubicación geográfica ha dotado al país de una inmensa riqueza cultural.
  • Fue la antigua frontera entre las culturas occidentales y orientales europeas.
  • A sus monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad se suman los bienes inmateriales que protege con mimo la UNESCO.
“Los que busquen el paraíso terrenal que visiten Dubrovnik”, dijo Bernard Shaw.
“Los que busquen el paraíso terrenal que visiten Dubrovnik”, dijo Bernard Shaw.
JMA
“Los que busquen el paraíso terrenal que visiten Dubrovnik”, dijo Bernard Shaw.

El patrimonio cultural de Croacia ha pasado siempre desapercibido y sin embargo, cuenta con más localidades con monumentos históricos protegidos por la UNESCO que, por ejemplo, Alemania y Francia.

Es a su vez, uno de los países con el mayor número de bienes inmateriales protegidos por la UNESCO. Ocupa el primer puesto en Europa, con una suma total de 10 fenómenos culturales inscritos en la lista Representativa. Este pasado año 2010 incluyeron tres de ellos: La elaboración del pan de especias en el norte de Croacia, El Sinjska Alka, un famoso torneo de caballería de Sinj y el Canto Ojkanje que requiere medidas urgentes de salvaguardia.

Sin duda, su excelente ubicación geográfica ha sido una de las causas por la que este país guarde tanta riqueza cultural. Fue un enclave privilegiado en las rutas de tránsito, un cruce significativo de grandes civilizaciones que han dejado su huella.

Restos de la Antigua Grecia, Roma, la Edad Media, el renacimiento mediterráneo y el barroco centroeuropeo mezclados con la arquitectura autóctona son parte del legado histórico que se puede encontrar en la visita a este sorprendente país.

El casco antiguo de Dubrovnik

“Todos los que busquen el paraíso terrenal que visiten Dubrovnik”, escribió el dramaturgo y periodista irlandés, George Bernard Shaw, totalmente hipnotizado por la muralla de casi 2 kilómetros, que rodea la ciudad con sus grandiosas torres y fortalezas desde donde se divisan  las “islas de los ciervos” (Sipan, Loup y Kolocep) llamadas así porque su disposición en el mar recuerdan a la forma de ese animal en su colocación.

Situada en la parte más al sur del país, esta ciudad se ha ganado a pulso el sobrenombre de “la perla del Adriático” por ser grandes joyas arquitectónicas y un clima mediterráneo excepcional.

El casco antiguo, en verano, se convierte en un auténtico teatro al aire libre, donde se celebra además el Festival de teatro estival.

Dos son los lugares más idílicos para acceder a la ciudad vieja, ambos con sus puentes elevadizos : la puerta de Pile, que durante la República permanecía cerrada con llave por las noches, y la puerta Ploce. En sus accesos hay unos mapas en los que señalan los lugares devastados tras los bombardeos del Ejército serbio en 1991.

Al acceder por la puerta Pile encuentras la fuente de Onofrío, adornada con 16 máscaras que emanan agua. En la misma plaza se encuentra el monasterio Franciscano donde destaca su claustro.

Descubra los palacios, iglesias y monasterios pertenecientes a distintas religiones. El palacio Sponza, la catedra y la calle Strasdun, la principal, son puntos imprescindibles en la visita.

El Palacio Diocleciano de Split

Esta ciudad costera es la más poblada del país después de su capital, Zagreb. Su vida se fraguó siempre alrededor del Palacio Diocleciano. Este palacio fue mandado construir por este emperador romano, entre los siglos III y IV antes de Cristo. Llama la atención su buen estado de conservación y sus materiales de construcción, a base de piedra caliza y mármol de alta calidad. Posee unas grandiosas torres en tres de sus fachadas y la que resta, tiene una privilegiada vista al mar. En su interior alberga unos pasadizos con tiendas y un museo.

La mayor catedral enteramente de piedra

En Šibenik destaca su Catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad, que representa el intercambio cultural entre Italia y Dalmacia. Lo sorprendente es que en su construcción no se utilizaron ni ladrillos ni estructuras de madera, las paredes son de piedra caliza y mármol.

Los tres maestros Francesco di Giacomo, Georgius Mathei y Niccolò di Giovanni fueron los que unieron las escuelas renacentistas y góticas en esta obra.

La ciudad histórica de Trogir

Muy cerca de Split se encuentra esta atípica ciudad, cuyo centro histórico se ubica en un islote al oeste de la isla de Ciovo con la que conecta por puentes. Ha logrado conservar ese aire medieval que enamora a quien la visita. Embellecida por sus múltiples fortificaciones, el monumento más impresionante es la catedral de San Lorenzo, cuyo portal románico fue esculpido por el maestro Radovan. Otros sitios que merecen la pena ver son La Logia de la ciudad y torre de Kamerlengo inspiración de muchas canciones que hablan de Trogir.

El campo Starigradsko de la isla Hvar

Partiendo de las orillas de Split hacia las islas centro-dálmatas espera una de las islas más bonitas del mundo: La isla de Hvar protegida por potentes murallas medievales. La fortaleza Spanjola en lo alto de la ciudad, la plaza principal con su catredral, y el arsenal, el teatro más antiguo de Croacia, son los puntos más turísticos de esta Isla. Sin olvidar el ágora de Satari Grad (ciudad antigua), terreno que ha quedado intacto desde los tiempos helénicos, de ahí que forme parte también de la extensa lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Croacia es un país que merece la pena descubrir, sus playas y su ambiente son únicos.

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