La biodiversidad es esencial para el mantenimiento de la salud humana, y a medida que van desapareciendo especies, las enfermedades infecciosas aumentan en personas y animales, señala un estudio realizado por ecologistas del Bard College de Nueva York, según ha publicado Tendencias 21.
Según ellos, la pérdida de biodiversidad propicia el incremento de la transmisión de agentes patógenos, como virus, bacterias y hongos. Los seres humanos no somos los únicos afectados por este problema, aseguran los investigadores: toda clase de animales y especies vegetales también pueden verse dañados por el deterioro ecológico.
Los científicos analizaron la incidencia de ciertas enfermedades infecciosas en todo el mundo, entre ellas la enfermedad de Lyme (transmitida por las garrapatas) o el virus del Nilo Occidental y el hantavirus (transmitido por las ratas). En cada caso descubrieron que estas enfermedades se hacen más prevalentes en aquellos lugares donde la biodiversidad se ha visto reducida.
Así, por ejemplo, los investigadores pudieron establecer una relación entre el aumento de la incidencia del virus del Nilo Occidental en Estados Unidos con una disminución de la densidad de población de aves.
La solución a la situación, afirman, estaría en la preservación de grandes áreas naturales intactas. Un planeta sano garantiza una humanidad sana, concluyen los autores de la investigación.
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