Según ella misma ha confesado, Carrie Fisher comenzó a consumir cocaína a espuertas durante el rodaje de El Imperio contraataca. Y, chistes malos sobre las nieves de Hoth aparte, la intérprete de la Princesa Leia (quien, por cierto, también sufre de trastorno bipolar) inició entonces un periplo que la llevaría a malos momentos personales y profesionales, a la inevitable cura de desintoxiación y a escribir Postales desde el filo. No obstante, parecía que todo ello había quedado fuera de las películas... Hasta ahora, porque un fan de Star Wars puede descubrir cualquier cosa mediante el escrutinio obsesivo.
¿A qué nos referimos? La respuesta está en la foto de arriba (posteada en Reddit y que nos llega vía Daily Mail), extraída de El retorno del Jedi. Si te fijas, la uña del meñique índice derecho de la Fisher, destacada en naranja, aparece bastante más larga que las demás. ¿Un error de la manicura del estudio? Pues no: se trata de la llamada "coke nail" (algo así como "uña cocainómana"), que los adictos de Hollywood se dejaban crecer para que les sirviese a modo de cucharilla, para así esnifar sin necesidad de hacerse rayas. Sí, los 80 tenían estas cosas.
A continuación reproducimos otra foto, esta vez capturada en el rodaje de la película, en la cual la cutícula de marras también aparece destacada. Por no hablar de la pose de la actriz, quien parece estar esnifando la mercancía directamente de los morros de un gamorreano. Por lo pronto, la actriz no se ha pronunciado (habiéndolo contado ya todo sobre sus adiciones, no nos extraña), pero los fans ya bromean sobre si George Lucas se estará planteando editar la trilogía en forma de Star Wars: Edición manicura.
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