MARK DUPLASS: “Zero Dark Thirty’ puede ser la película del año”

Lynn Shelton, la directora de El amigo de mi hermana, ha contado que la llamaste un día y le dijiste: “Tengo la idea para tu próxima película”. ¿Cómo se te ocurrió?

Quería hacer una comedia de errores tradicional. Tres personas en una casa, diversión, malentendidos… Pero también me gustaba la idea de que los personajes viniesen de un pasado triste y duro. Era casi como una comedia de enredos shakespeariana protagonizada por tres personas que están realmente jodidas.

Estás muy unido a tu hermano Jay [codirector de Cyrus, The Puffy Chair y Baghead]. ¿Influyó esta unión en tu manera de tratar el tema del vínculo fraternal que recorre el filme?

Pensé que si interpretaba a un personaje que acababa de perder a un hermano podría darle mucho más color a la película. Jay y yo estamos muy unidos, no puedo imaginarme mi vida sin él. Eso permitió que todas las escenas tuviesen un peso emotivo y al tiempo fuesen divertidas y un reto.

La película trata temas universales (muerte, amor, identidad…) a través de imágenes diminutas. ¿Cómo conseguisteis algo así?

Muy fácil. El presupuesto también era diminuto. En serio, la película estaba pensada para ser pequeña y rodarse rápido, así que funcionó genial yuxtaponer esos grandes temas vitales con el carácter pequeño de la historia y la producción.

Durante el rodaje no seguisteis un guión sino que improvisasteis. ¿Fue fácil?

Me encanta hacer películas así. Tienes que mantener la narrativa avanzando, así que puede resultar complicado, pero la flexibilidad y la sensación de aventura son estimulantes.

Tú estás muy acostumbrado a actuar improvisando… Pero, ¿cómo fue actuar con dos actrices que provienen de otro mundo interpretativo como Emily Blunt y Rosemarie De Witt?

Las chicas fueron fantásticas. Emily tenía ya cierta experiencia. Su primer trabajo, My Summer of Love, fue improvisado, y está genial en él. Y Rose es simplemente uno de los seres humanos más maravillosos que conozco. Comprende y ama a la humanidad de una manera muy especial.

¿Te has sentido alguna vez como tu personaje? ¿Ha tenido que venir algún amigo a decirte: “Coge tus cosas y vete a una isla a pensar?”.

Totalmente. Cuando tenía 20 años estaba muy deprimido. Era un artista de mierda y no sabía muy bien hacia dónde iba mi vida. Mi hermano y mi padre estaban encima todo el tiempo, intentando ayudar y dando consejos.

Has dicho que el rodaje fue como estar en un campamento. ¿Por qué?

Vivíamos y rodábamos en cuatro casas en una isla. Todos juntos. Comíamos, dormíamos y trabajábamos juntos sin separnos nunca. Por la noche hacíamos una hoguera y hablábamos de música y de la película. Fue fantástico.

La película es real y auténtica… ¿A qué crees que se debe?

Creo que la improvisación crea esa sensación de realidad. Los “ums” y “ahs” y el tartamudeo… Todas estas cosas se van sumando y consiguen que parezca algo muy real.

¿Qué te gusta más: actuar o dirigir y escribir?

¡Amo a todas mis criaturas de la misma forma! No, es difícil decidirse. Actuar es muy divertido, mucho menos estresante que escribir y dirigir. Pero trabajar con mi hermano es inestimable y no puedo imaginarme haciendo otra cosa en la vida.

Cada vez haces películas con mayores presupuestos y actores más conocidos (Jeff, Who Lives at Home…). ¿Es difícil compaginar tus ideales artísticos con la industria de Hollywood?

Para nada. Yo voy saltando, de una peli grande a una indie. Ahora estoy trabajando en una que cuesta menos que un coche normal. Y también en otra bastante grande. Me encantan los dos mundos y no tengo intención de dejar ninguno de los dos atrás.

¿Cómo fue trabajar con Kathryn Bigelow en Zero Dark Thirty?

¡Jodidamente increíble! Creo que puede ser la mejor película del año. Tengo muchas ganas de ver ésa y The Master, de Paul Thomas Anderson.