Mercedes CL 63 AMG y CL 65 AMG, dos amigos del carril izquierdo

Mercedes CL 63 AMG y CL 65 AMG.
AUTOSCOUT24

Mercedes anunciaba hace apenas un mes la renovación de su CL, un modelo que no sufría ningún cambio desde 2006 y que en esta última actualización se nutre de toda la tecnología del buque insignia de la marca, la clase S. Pero como suele ser habitual, habían dejado las versiones AMG para el final y ahora, por fin, nos ofrecen todos sus secreto.

En primer lugar y como era de esperar, estas dos versiones reciben la mayoría de cambios estéticos llevados a cabo en el resto de la gama. Así, destacan por encima de todo, la nueva tira de luces diurnas tipo LED integradas en un paragolpes frontal rediseñado, ligeros retoques en el parachoques trasero y unas colas de escape de nueva factura. Dentro, lo más llamativo es el empleo de materiales de mayor calidad aún, un volante con nuevo aspecto y la ampliación de la oferta cromática para las tapicerías y los revestimientos.
Pero lo realmente importante en estas versiones no son estos cambios, sino el 'corazón' que esconden bajo el capó. El CL 63 AMG adopta el nuevo 5.5 V8 biturbo que ya ha estrenado el S 63 AMG y dice adiós al anterior bloque de 6.2 litros y 525 CV. Esta nueva joya mecánica entrega nada más y nada menos que 544 CV a 5.500 rpm. Respecto su predecesor, el par motor también aumenta de 630 Nm. a 800 Nm. (constantes entre las 2.000 y las 4.500 vueltas). Las prestaciones que anuncia quitan el hipo: de 0 a 100 en 4,6 segundos y una velocidad máxima limitada a 250 km/h.
Pese a este aumento de potencia y prestaciones, la marca asegura que el consumo y las emisiones del nuevo CL 63 AMG se ha reducido en torno a un 30% comparado con el modelo anterior. Las cifras homologadas referidas al gasto de combustible hablan por sí solas: 10,5 l/100 km frente a 14,9. Por su parte, para los que quieran rizan el rizo, estará disponible un paquete opcional denominado AMG Performance que aumenta la potencia hasta los 571 caballos y en este caso limita la velocidad punta a 'sólo' 299 Km/h. Este pack va de la mano de la trasmisión automática AMG Speedshift, de 7 velocidades.
Tampoco se queda atrás, ni mucho menos, la joya de la corona: el CL 65 AMG. Aunque equipa exactamente el mismo bloque motor y la misma transmisión que en el modelo anterior (un 6 litros V12 twin-turbo acoplado a un cambio automático de cinco relaciones), gracias a diversos retoques y ajustes técnicos la potencia pasa ahora de 612 a 630 CV, reduciendo el consumo medio homologado cada 100 Km. de 14,8 a 14,5 litros. El par motor sigue siendo de 1.000 Nm. y la aceleración de 0 a 100 en 4,2 segundos. El cambio más significativo es que la velocidad máxima pasa a estar limitada electrónicamente de 250 a 299 Km/h. En cuanto a los precios que tendrán estos vehículos en el mercado, de momento Mercedes no ha dicho nada al respecto.