Blair renuncia a parte del cheque británico para facilitar un acuerdo en la UE
La propuesta de Blair, que ejerce la presidencia de turno de la UE, pasa por eliminar del cálculo de la dotación del cheque la parte de ayudas estructurales y de cohesión destinadas a los nuevos Estados miembros.
Instaurado en 1984
El cheque británico, instaurado a petición de la ex primer ministra conservadora Margaret Thatcher en 1984, compensa al Reino Unido por el poco provecho que saca de las ayudas comunitarias.
Su dotación anual se calcula con arreglo al gasto presupuestario de la UE, de forma que es mayor cuanto mayores sean las ayudas agrícolas, de cohesión y estructurales, lo que, en teoría, hará que aumente en los nuevos presupuestos para la Unión ampliada a 25 Estados.
De hecho, si no se altera esta fórmula, en 2013 Reino Unido sería el segundo país que menos contribuyese a las arcas comunitarias pese a ser uno de los más ricos. Para evitar este efecto, Blair está dispuesto a eliminar del cálculo las ayudas de cohesión y estructurales que irán a parar a los diez nuevos Estados miembros -países ex comunistas del Este de Europa con la excepción de Malta y Chipre-.
De esta forma, el incremento previsto en la dotación del cheque sería menor y el Reino Unido pagaría con esta renuncia "su parte" del coste de la ampliación, confirmaron a EFE fuentes diplomáticas británicas.
Dado que no han trascendido cifras concretas, aún no está claro si el montante del cheque en el periodo 2007-2013 quedaría en realidad congelado en su nivel actual -como propuso en junio la anterior presidencia luxemburguesa con el rechazo de Blair- o si seguiría aumentando aunque en una proporción menor de la prevista.
Por otro lado, la fórmula no afectaría a la contribución que los quince Estados miembros más antiguos realizan al cheque, y que Londres se niega a rebajar si no se reduce también el gasto agrícola, lo que rechazan de plano Francia o España.
El primer ministro y presidente en ejercicio de la UE concluyó el viernes sus visitas a los líderes de Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia, quienes le han mostrado su rechazo a otra de las propuestas barajadas por Londres, reducir del 1,06 al 1,03 por ciento de la Renta Nacional Bruta de la Unión el montante general de los presupuestos.
Este recorte conduciría a una reducción de hasta un 10 por ciento en las ayudas a los nuevos Estados miembros, pero éstos sólo están dispuestos a aceptar un rebaja del 5 por ciento.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, coincidieron este viernes en Madrid en señalar que el presupuesto no debería caer por debajo del 1,06 por ciento.
Blair podrá reflexionar sobre sus ideas durante este fin de semana. El próximo lunes, la presidencia británica prevé hacer públicas su primera propuesta formal y cifrada de negociación, que será examinada en una reunión restringida de ministros de Exteriores de la UE el miércoles en Bruselas, a una semana del Consejo Europeo. El objetivo de fondo es conseguir el acuerdo sobre el nuevo marco presupuestario en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión que se celebrará los días 15 y 16 de diciembre en Bruselas.