Las cinco lecciones que aprendimos de ‘Las chicas Gilmore’

'Las chicas Gilmore' fue una fuente de educación tan inmensa como divertida, que nos enseñó valiosas lecciones para enfrentarnos a la vida.
Las cinco lecciones que aprendimos de ‘Las chicas Gilmore’
Las cinco lecciones que aprendimos de ‘Las chicas Gilmore’
Las cinco lecciones que aprendimos de ‘Las chicas Gilmore’

“Mamá, estoy bien, me has dado todo lo que necesito”, le respondía Lorelai Gilmore (Rory, la mayor parte del tiempo) a Lorelai Gilmore en el capítulo final que cerró las puertas del universo creado por Amy Sherman-Palladino.

Esta conversación entre madre e hija tenía lugar momentos antes de que Rory dejara el hogar para enfrentarse al mundo en solitario. Y es que precisamente de eso trataba la serie. Sobre cómo enfrentarse al mundo. Pero eso sí, habiendo recibido una educación y unas lecciones de una verdadera chica Gilmore.

Es por ello que queremos aprovechar el regreso de madre e hija para demostrar que Las chicas Gilmore fueron una fuente de educación tan inmensa como divertida, que enseñó a las generaciones del recién estrenado siglo XXI algunas de las lecciones más valiosas habidas y por haber para enfrentarse cara a cara con la vida. Estas son las cinco lecciones que aprendimos de ellas:

1. Debemos cuidar a aquellos que queremos:

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Es por todo fan de Las chicas Gilmore de sobra conocida la sólida conexión que existe entre Lorelai y Rory. Que sean madre e hija no significa que no puedan ser íntimas, pero la palabra “amistad” no sería suficiente para describir la relación que tienen entre ellas. Cuando Lorelai huyó de casa de sus padres con 16 años y la recién nacida Rory bajo el brazo, se propuso a si misma darle la mejor vida posible. Una vida llena de alegría, risas, diversión, juegos, azúcar y confianza. Teniendo en cuenta que Lore ya era una gran persona, una chica alocada de melena larga y rizada en su adolescencia, no era de extrañar que el fruto de su vientre, quisiera parecerse a ella. La misma Rory nos lo confirmó en su discurso de graduación de Chilton: “No se si mi madre se ha dado cuenta alguna vez, que quien realmente quiero ser, es ella”, aclamaba mientras una tropa formada por Luke, Sookie, Jackson y Lorelai lloraban a mares entre las familias de los graduados.

Siempre han permanecido juntas. Para lo bueno y para lo malo. O casi siempre. Cuando Rory empezó en su nuevo colegio, Lorelai estaba allí para apoyarla. En vaqueros cortos y camiseta desteñida, pero allí estaba. Así como en aquellas ocasiones en las que las relaciones amorosas o familiares no iban del todo bien, ellas siempre permanecían unidas, apoyándose la una en la otra. Incluso cuando Rory empezó la universidad, Lorelai acabó por organizar una de las primeras fiestas universitarias más memorables de todos los tiempos, sólo para convencer a Rory de que la universidad no iba a significar el fin de su relación.

La sexta temporada sorprendió a los espectadores con una larga y dolorosa ruptura entre madre e hija, debido a la confusión de Rory por su futuro y el desacuerdo de su madre en sus decisiones. Pero el reencuentro fue aun más emocionante de lo que cualquier espectador se atrevió a imaginar y esto hizo que se revalorizara aún más la relación materno filial tan especial que tienen las dos protagonistas.

2. No dejes de ser tu misma por miedo al rechazo:

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Resulta curioso cómo desde el primer capítulo, uno de los valores más importantes que Las chicas Gilmore quisieron transmitir a la audiencia fue el de ser una misma, sin importar las críticas negativas que recibieras a cambio. En el capitulo piloto veíamos como las clásicas mean girls de instituto americano se burlaban de Rory por hacer la redacción que la profesora había mandado, mientras que ellas se pintaban las uñas en el pupitre para matar el aburrimiento. Las Gilmore nos enseñaron que no había porque avergonzarse de ser una misma, de tener gustos diferentes o ir a contracorriente. Nos mostraron que aceptarse es una valiente acción que conlleva tiempo y esfuerzo, pero que da resultado.

Tal vez el mejor ejemplo nos lo ofreció Lorelai en su relación con sus padres y con el mundo al que pertenecían estos. Lejos de querer ser una niña rica en un mundo de falsas apariencias, Lore se desentendió muy pronto de un círculo social que no aceptaba sus extravagancias y que criticaba su comportamiento y sus ocurrencias. Emily Gilmore fue tal vez la más intolerante con Lorelai y como se demostró a lo largo de todas las temporadas, la censura de la personalidad o incluso de una misma, no llevaba a nada bueno. Tan solo a peleas y más peleas.

3. Las artes y la cultura siempre permanecerán de nuestro lado:

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Si hay algo en lo que realmente Las chicas Gilmore son autenticas expertas es en educar a diferentes generaciones de espectadores en temas de cine, música, cultura y literatura. La serie ha sido durante años un inmenso catálogo de estas artes y ha brindado a la audiencia la oportunidad de adquirir un conocimiento y una cultura amplia ofreciendo en cada capítulo innumerables títulos, nombres, datos, sucesos, anécdotas e historias de toda clase y condición relacionadas con estos campos.

De esta manera, Rory nos sumergió de lleno en el mundo de la literatura descubriéndonos a autores tan variados como Jane Austen, Jack Kerouac, Charles Bukowski, J. D. Salinger, Henry Miller, Edgar Allan Poe u Homero. Nos dio títulos como Anna Karenina, El manantial, Los subterráneos, Moby Dick, Crimen y castigo o Eva Luna.

Entre los aproximadamente 340 títulos de libros que han sido mencionados a lo largo de toda la serie, también nos mostró a los ídolos de su gran pasión: el periodismo. Nos presentó a Hunter S. Thompson, Norman Mailer, Truman Capote, Christiane Amanpour, Tom Wolfe y demás profesionales del relato que le sirvieron de inspiración para querer ser periodista. Ni que decir que todo amante de la literatura se identificó con ella cuando la vio oliendo los libros de la biblioteca de Yale, como si no existiera olor más delicioso que aquel que desprende la mezcla del papel, la tinta y el pegamento.

El cine y la televisión han ocupado un lugar muy importante en el show, y es que madre e hija eran unas autenticas cinéfilas de corazón. El momento sofá/película/aperitivos era, como dijeron ellas, “¡un estilo de vida, una religión!”. Demostraron tener unos conocimientos increíblemente amplios en este campo. De esta manera, títulos tan conocidos y clásicos como Sabrina, Sopa de ganso, El Padrino, I love Lucy, Charlie y la fábrica de chocolate, Una cara con ángel, West Side Story, Casablanca, Todos los hombres del Presidente, El resplandor, El club de los cinco o la mismísima Pipi Calzaslargas fueron mencionados en los diálogos, invitando al espectador a descubrir con ellas el séptimo arte.

Todo fan de Las chicas Gilmore tiene en mente dos momentos cinematográficos sensacionales dentro de la serie. El primero, el día que vimos a Rory con un vestido de volante y una diadema haciéndose pasar por la madre de la televisión americana de los años 50, Donna Reed. El segundo, aquel capítulo en el que Rory va al cumpleaños de Finn, el amigo de Logan que da una fiesta tematizada de Quentin Tarantino, en la que nos encontramos desde al mismísimo Vincent Vega, pasando por Gogo Yubari, “Nice Guy” Eddie o varios de los 88 Maníacos de Kill Bill vol. 1.

Con la música no fue muy distinto. A lo largo de la serie hemos podido escuchar varios de los grupos más emblemáticos de los años 80, ya que fue la generación a la que perteneció Lorelai. No podían faltar U2 y el amor platónico de Lorelai por Bono, The Police, Sex Pistols, The Go Go’s, Metalica, un magnífica actuación de las Bangles en la primera temporada, Björk y el mismo Paul Anka, quien le da el nombre al temeroso perro de Lorelai. Tampoco nos podemos olvidar del fanatismo de Michelle por Celine Dion y las Destiny’s Child, o la afición de Jackson y Sookie por los Creedence Clearwater Revival. Aunque aquí, la que nos ha enseñado Rock’n Roll ha sido Lane Kim y los chicos de Hep Alien.

4. Café, comida y soluciones para pasar la resaca:

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A riesgo de parecer problemática la tremenda adicción que estas dos mujeres tienen por el café y la comida, la serie ha dado innumerables consejos para superar tanto el cansancio como las resacas. Gracias a ellas tenemos tres cosas claras:

La primera, que el café puede salvar vidas. Proporciona un chute de energía que no solo te sostiene sobre los dos pies, sino que también te mantiene a la altura de un ritmo de vida y conversación de nivel Gilmore.

La segunda es que las dos mejores comidas que ayudan a absorber el alcohol en un día de resaca son los tacos y las tortitas. Y por supuesto no tener cerca algún amigo que tenga similitudes con Paris o Kirk en tal momento. Las consecuencias pueden ser terribles.

La tercera, según dice Lore, es que la tarta está a la altura de la educación y la familia. Lo cual deja bastante claras las prioridades de una profesional de la glotonería.

Ambas nos enseñaron también cómo superar cuatro cenas de Acción de Gracias diferentes sin estallar en el intento. Y Sookie nos obsequió con un consejo que solo una chef así podría darnos: “¡Cuida tus cuchillos!”.

5. Vivir la vida con el máximo nivel de dramatismo posible:

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El diccionario define “drama” como “un suceso infortunado de la vida real, capaz de conmover vivamente”. Algo bastante común. Cada persona vive el drama a su manera. Para las Gilmore el teatro, la locura y la exageración han formado siempre parte de la vida. Y con esto incluyo a Emily, quien nos ha proporcionado magníficas escenas de autentico drama televisivo. La hemos visto ser arrestada por la policía y montar un número en comisaría, cantarle las cuarenta a Shira Huntzberger, vestir nada más que unas delgadas medias y una camisa al perder la falda en una pelea con Richard y montar una escena en un centro comercial.

A Rory en cambio la hemos visto robando un barco mientras citaba a Herman Melville, dejarlo todo por creer las palabras de, como le dijo al mismo Mitchum Huntzberger, un “gilipollas, egoísta y narcisista” y derrumbarse ante la idea del futuro.

Paris sabe mucho sobre drama. Tiene una opinión y una contestación sincera para todo. No tiene filtro y eso hace que sus palabras salgan disparadas en todas las direcciones, dando  paso a todo tipo de consecuencias.

Pero la verdadera drama queen es la inigualable Lorelai Gilmore. Todo es especial, todo es nuevo como si se tomara enserio esa frase de “ve el mundo como si abrieras los ojos por primera vez”. Ella transmitió a la audiencia que de todo se podía sacar el lado irónico. Esa era una actitud que llevaba por bandera y que Lauren Graham supo plasmar tan bien, así como el resto del reparto. Un dramatismo llevado a otro nivel.

Habrá que esperar unos días más para volver a empaparse de ese ambiente que cautivó a tantas generaciones de espectadores, pero de lo que sí estamos seguros, es de que este regreso cambiará los nueve años de expectativas generadas por los seguidores y pondrá el punto y final a una de las series más excitantes, ingeniosas y divertidas de este siglo.

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