A partir del mes de junio, fecha en la que el Giulietta comenzará a venderse en los concesionarios, Alfa Romeo comenzará una nueva reconquista en el sector de los compactos; una conquista sentimental, esa que siempre ha caracterizado a sus modelos y que de un tiempo a esta parte ha permanecido relegada a un segundo plano con el 147, del que ya esperábamos una seria renovación. Para actualizar este modelo, Alfa ha recurrido a un nombre de leyenda – Giulietta, un modelo importantísimo en los años 50 -, a una plataforma cuidada y versátil – ya que servirá también para el futuro Bravo – y a una puesta a punto magnífica evidenciada en la versión Quadrifoglio Verde. El precio inicial, que supera la “barrera psicológica” de los 20.000 euros, es un serio aviso de que el Giulietta quiere estar al mismo nivel que su principal competidor, el Volkswagen Golf VI.
Íntimo y personal
Además, las formas suaves y cuidadas del Giulietta le han proporcionado un excelente coeficiente aerodinámico, a la altura incluso de este duro rival (el coeficiente aerodinámico es 0,31 tanto en éste como en el Golf). Lamentablemente, la carrocería de cinco puertas es la única en la que debemos pensar para el Giulietta, pues de momento la marca parece firme en su decisión de no realizar una versión coupé. Ya nos habíamos imaginado algo cuando descubrimos los tiradores de las puertas traseras ocultos en el marco de las ventanillas.
Pero vamos a cosas más generales. Las medidas de este modelo son 4,35 metros de largo, 1,46 de altura y 1,80 de ancho, con una distancia entre ejes de 2,63 metros. A la hora de su creación, el grupo Fiat ha pensado en un chasis con nuevos materiales (como el Xenoy, aleaciones de magnesio o el aluminio extrusionado) que permiten reducir drásticamente el peso aumentando la rigidez torsional, aunque sin duda los más importantes es que esta plataforma, denominada internamente como “Arquitectura Compact”, ha sido creada para poder modularse y servir para otros modelos del futuro como el Fiat Bravo o incluso para modelos familiares. El secreto reside en unos laminados y largueros laterales en el bastidor que permitirían modificar, por ejemplo, los anchos de vías así como añadir algunas estructuras. De esta forma, el grupo FIAT se ahorrará un buen dinero en la inversión, desarrollo y fabricación de futuros modelos.
Interior
Todos los revestimientos del coche parecen sólidos y de bastante calidad, tan sólo nos parece que hay pocos espacios para vaciar los bolsillos y que la guantera es muy pequeña (aunque sí es profunda y además está refrigerada). En algunas versiones, según el equipamiento, hay detalles como el volante con zonas en piel vuelta, pedales deportivos o distintas combinaciones de colores para el salpicadero.
En cuanto a la posición al volante, el Giulietta es de esos coches que, como te guste conducir en una posición baja del asiento, el salpicadero va a quedar a la altura de tus ojos, con lo que se pierde un poco de visibilidad frontal (el capó no se ve dónde termina). La regulación del volante es completa (tiene ajuste en profundidad y vertical) y en general hay espacio para una persona relativamente grande. Detrás la cosa se pone un poco peor, aunque no será problema si no superamos los 1,90 metros de altura. Sobre el maletero, su volumen inicial de 350 litros es uno de los más generosos del segmento. Es bastante más de lo que ofrecía el 147 (que no llegaba a 300 lirtos), exactamente lo mismo que ofrece un Volkswagen Golf y un poco menos de lo que ofrece un Opel Astra (370 litros).
Quadrifoglio Verde
De la conducción del Quadrifoglio Verde nos han sorprendido dos cosas de forma positiva. Una es la gran estabilidad que tiene en curvas muy cerradas, cuando la rigidez y la puesta a punto de la suspensión es crucial, y donde el Giulietta QV viraba prácticamente plano y podía cambiar rápidamente de apoyo sin perder capacidad de tracción. La segunda es que la capacidad de los frenos da un margen de tiempo bastante amplio antes de que comiencen a agotarse. El aspecto menos positivo es que los asientos deportivos de esta versión no recogen todo lo que sería deseable, pero claro, en una conducción en circuito (dimos unas cuantas vueltas a la pista de pruebas de Alfa en Balocco) siempre se tiende a ser mucho más exigente que en carretera abierta.
Quien pague los casi 30.000 euros que cuesta esta versión se llevará incluido en el paquete QV, además de las llantas de 17” y del trébol de cuatro hojas situado en los laterales de la carrocería como distintivo, pedales deportivos en aluminio, volante en piel con costuras rojas, suspensión deportiva rebajada y faldones exteriores en los laterales. Las llantas de 18 pulgadas son opcionales, al igual que en las versiones Distinctive que veremos más adelante.
Hasta 170 cv
De toda la gama, el récord de bajo consumo corre a cargo del 1.6 JTDM de 105 cv, cuyo consumo medio “prometido” en la ficha técnica es de tan sólo 4,4 litros y que probaremos en su debido momento. En el otro sentido, el motor más rápido y con mejores prestaciones es el 1.4 TB Multiair de 170 cv, con el que se puede conseguir una velocidad máxima de 218 km/h y una aceleración hasta los cien de 7,8 segundos a cambio de un consumo mixto de 5,8 litros. Este motor pudimos probarlo brevemente durante la presentación y el resultado de consumo fue bastante positivo: el ordenador de a bordo marcó 10,4 litros tras finalizar la prueba, y eso que la mayor parte del recorrido se realizó por carreteras con frecuentes adelantamientos, aceleraciones a fondo y subidas de montaña pronunciadas.
Lo que me parece realmente destacable es el importante trabajo en materia de insonorización realizado por Alfa en este modelo, ya que el aislamiento del tren de rodaje es excelente a costa de perder algo de información en el volante – sobre todo si lo comparamos con el 147 - y donde el sonido principal que llega a oídos del conductor es el del turbo. Este motor es el único de la gama que cuenta con la tecnología MultiAir.
DNA de serie
Equipamiento de serie y extras
Al margen de la versión Quadrifoglio Verde, que cuenta con un equipamiento específico, se puede adquirir el Giulietta con dos niveles de equipamiento, Progression y Distinctive, éste último con la posibilidad de añadir packs de personalización. Todos los modelos traen de serie equipamiento elevado que incluye DNA, control de estabilidad, Start & Stop, asistente de arranque en cuesta, climatizador, llantas de 16” y ordenador de a bordo. El nivel Distinctive se diferencia porque el climatizador ya es bi-zona, el volante va terminado en piel, las ventanillas están rodeadas de un arco cromado y porque también se incluyen los antinieblas.
Resumen
El Alfa Giulietta puede estar al nivel de un Golf si obviamos algunos detalles de equipamiento y tecnología como, por ejemplo, que no pueda llevar un cambio automático con levas en el volante ni extras tan finos como un dispositivo de aparcamiento asistido o una cámara de visión trasera. Al margen de esto, que sólo son exquisiteces, el precio es bastante similar y la puesta a punto de este nuevo bastidor es sobresaliente, con motores puestos a la última y con un diseño que realmente se desmarca de la competencia. Ahora sí, llega la reconquista sentimental de Alfa Romeo.
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