Navarra

El fiscal solicita entre 19 y 46 años de prisión para los cinco procesados por el crimen de Cordovilla

Según expone el fiscal, el imputado J.L decidió, cuando cumplía pena en la cárcel de Pamplona, matar a Yamiled Giraldo "en venganza" por haberle denunciado y haber declarado en su contra en un juicio por el que fue condenado en 2004 como autor de tres delitos de determinación coactiva a la prostitución a seis años de prisión y por tres delitos de abusos sexual a doce años. Además de a otras víctimas, debió indemnizar a Giraldo con 19.000 euros.

J.L., añade el fiscal, planeó que la muerte de Yamiled "la llevasen a cabo terceras personas a cambio de un precio que él pagaría". Le comunicó sus planes a principios de 2009 a P.A.G., que cumplía prisión provisional en la cárcel de Pamplona, quien "asumió" el plan "tratando de buscar personas que pudieran llevar a cabo el plan de dar muerte a Giraldo".

Se puso en contacto con K.I., también en la cárcel, quien "aceptó el encargo de buscar a alguien que, estando fuera de la prisión", pudiese llevar a cabo el plan. Aprovechó una comunicación 'bis a bis' con N.A., con quien había mantenido una relación sentimental, para exponerle que si quería ganarse un dinero localizase a Giraldo, dice el informe del Ministerio Público.

Le indicó que "había que matarla por haber denunciado y robado al procesado J.L." y que se pusiese en contacto con R.S., quien ya había salido de la cárcel, "para ver si le interesaba realizar ese 'trabajo' de dar muerte a Yamiled, cosa que aceptó".

A partir de ahí, N.A. y R.S., "a cambio de un precio", comenzaron a realizar gestiones y seguimientos de la víctima, que la procesada iba comunicando a K.I. El imputado que había iniciado el plan aprovechó un permiso carcelario en abril de 2009 para contactar con N.A., a quien dijo que "quería matar a esa chica (a parte de a otras) porque le habían denunciado por trata de blancas y le habían robado dinero mientras él estaba en la cárcel", relata el fiscal.

J.L. entregó inicialmente a la imputada 4.000 euros, de los que ella se quedó 500, y entregó 3.500 a R.S.. Con el dinero recibido compraron un vehículo, un Peugeot 306, "con el que poder llevar la acción de dar muerte a Yamiled Giraldo". R.S. compró también una pistola y munición.

Ambos llamaron a la víctima, que era esteticién, para quedar con ella y "tenderle así una emboscada para darle muerte con más facilidad". La procesada "aparentando querer contratar sus servicios profesionales, le dijo que requería de los mismos el 25 de abril a primera hora ya que tenía una boda", trabajo que Giraldo aceptó. Quedaron en que la víctima acudiera a la calle Fuente Vieja de Cordovilla, por ser una "urbanización alejada de Pamplona" y "poco habitada".

La víctima acudió ese día a Cordovilla en compañía de su hijo. Cuando se acercó al portal, N.A. y R.S., con el rostro tapado, se aproximaron en el vehículo. El procesado se bajó del coche y comenzó a disparar contra Giraldo. Intentó también disparar contra su hijo, aunque la pistola no funcionó. Cambió el cargador del arma, siguió disparando contra la víctima y posteriormente los dos imputados huyeron.

El fiscal pide para R.S. 25 años de prisión por un delito de asesinato, 16 años por intento de asesinato, 3 años más por un delito de obstrucción a la justicia y dos años por un delito de tenencia ilícita de armas. Para N.A. solicita 25 años por un delito de asesinato, 16 por intento de asesinato y tres por obstrucción a la justicia.

Para J.L., el Ministerio Pública pide 18 años de prisión por un delito de asesinato y 4 por obstrucción a la justicia. Y para P.A.G. y K.I., 16 años de cárcel por asesinato y 3 por obstrucción a la justicia. Además, solicita una indeminzación para el marido de la víctima de 150.000 euros, de 120.000 para cada uno de sus hijos y 60.000 para la madre.

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