Primeras impresiones de 'Los hombres que no amaban a las mujeres'

A salto de mata, opiniones sin digerir sobre la adaptación de 'Millenium' dirigida por David Fincher. Por MANUEL PIÑÓN
Primeras impresiones de 'Los hombres que no amaban a las mujeres'
Primeras impresiones de 'Los hombres que no amaban a las mujeres'
Primeras impresiones de 'Los hombres que no amaban a las mujeres'

El próximo 13 de enero llegará a los cines españoles Los hombres que no amaban a las mujeres, la película que ocupa la portada de CINEMANÍA en enero. Ayer vimos la adaptación de David Fincher y, aunque aún no estamos todavía en disposición de escribir una crítica reposada y sesuda, no podemos esperar a compartir con vosotros nuestras primeras impresiones de este esperadísimo estreno. Sólo hay un (relativo) SPOILER, pero si prefieres ver la película sin conocer demasiados detalles, quizá prefieras no seguir leyendo.

1. ¡MENUDO RITMAZO! Leíste el libro, viste la película sueca e incluso seguiste la miniserie que originó la adaptación cinematográfica. ¿Tiene sentido ver esta nueva versión? Hay dudas, pero si hubiera una razón sería para disfrutar del potentísimo montaje de David Fincher. ¿Recuerdas la escena de Zodiac en la que Jake Gyllenhaal se metía en el sótano de un sospechoso? Pues esa es la atmósfera en la que flota Los hombre que no amaban a las mujeres. Puede que conozcas la historia de principio a fin, pero no te la habían contado con este tremendo ritmazo.

2. LISBETH SIN ARISTAS. "Esta chica lo que le hace falta es un novio que la quiera", parece pensar Fincher hacia el final de Los hombres que no amaban a las mujeres. "Yo diría que necesita un follamigo", escribía la compañera de CINEMANÍA Irene Crespo en Twitter. El caso es que la Lisbeth Salander de esta nueva versión no es ni de lejos tan arisca ni tan peligrosa ni tan ambigua como la que interpretó Noomi Rapace. Quizá tenga que ver con el físico de Rooney Mara –la nueva hacker cumple con las expectativas– mucho más pequeñita y sexuada, pero resulta por momentos adorable. Hasta dan ganas de "ponerle la mano debajo de la camiseta".

3. EL SONIDO CUENTA. Como la leyenda que se podía leer en algunos discos, debería aparecer una advertencia al principio de Los hombres que no amaban a las mujeres: "esta película debe verse a un volumen altísimo". Más allá de la banda sonora de Trent Reznor, David Fincher le concede a los efectos de sonido una importancia brutal, convirtiendo la película en una sinfonía de zumbidos, taladros, ventiladores y demás ruido blanco por momentos hipnótica.

4. A PRUEBA DE TONTOS. Steve Zaillian, guionista de American Gangster o Moneyball, tenía un encargo: eliminar las partes más farragosas del libro (y de la película sueca). Y vaya si lo ha hecho. Aunque la versión de David Fincher dura seis minutos más –dos horas y cuarenta minutos en total–, se ha simplificado considerablemente todo lo relacionado con la investigación del asesino de mujeres, así como la relación entre Mikael y Lisbeth y se evita profundizar en el pasado de ésta. Con esta versión no se perderá nadie, garantizado.

5. TÍTULOS DE CRÉDITO, ¿GENIALIDAD O IDA DE OLLA? Durante años Fincher fue uno de los directores de videoclips más prestigiosos y solicitados del mundo. Añorando aquella etapa, ha encargado unos créditos iniciales que podrían servir perfectamente para un tema de Depeche Mode y a la vez una entrega de James Bond: un líquido negro –petróleo, látex, tinta– recorre teclados informáticos, cuerpos desnudos de mujer, cables... Pasé tanto tiempo pensando que eran sublimes como que eran totalmente innecesarios.

6. PECHO TATUADO. Una de las escenas favoritas de los seguidores de la saga sueca [SPOILER: esa en la que Lisbeth hace un bonito tatuaje a su tutor FIN DEL SPOILER] lamentablemente no está a la altura de la versión sueca. ¿Cómo ha desaprovechado Fincher una oportunidad así?

7. DANIEL CRAIG, ESE HOMBRE. Evidentemente, con ese porte de modelo de El Corte Inglés, era de esperar que añadiera algo de sex-appeal al personaje de Mikael Blomkvist. Lo que no es de recibo es que tenga que hacer el habitual pase de calzoncillos al que nos ha acostumbrado en su filmografía.

8. MILLENIUM, UNA OPORTUNIDAD COMERCIAL. Una poderosa razón para el remake yanqui debió ser sus posibilidades de explotación publicitaria: una película ambientada en Suecia (¡IKEA!) protagonizada por una tecno-adicta (¡APPLE!). Todo un alarde de emplazamiento publicitario, vaya.

Todo lo que hemos publicado sobre Los hombres que no amaban a las mujeres.

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