Chicos muy normales
Pero no hay nada menos civilizado que asesinar a alguien con quien has convivido, a quien quisiste o te quiso, a alguien que en algún momento de su vida te consideró no sólo normal, sino importante y especial. Tan especial como para dedicarte su amor.
Probablemente esa definición de «muy normal» refleje sólo el estupor de quien la pronuncia y la repugnancia que produce saber que has conocido a un monstruo y no te has percatado. Resulta chocante que todos los asesinos de mujeres sean tan «normales».
En ello reside su peligro. Si fueran seres con cinco cabezas y de color verde, su apariencia alertaría a las víctimas. Desgraciadamente su aspecto no les delata. Parecen sólo hombres. Muy normales.
Resulta chocante que todos los asesinos de mujeres sean tan «normales». En ello reside su peligro.