Carlos Santos: "Estoy reconstruyéndome tras la muerte de mi hermana"

Siendo murciano imagino que no le costaría aceptar este proyecto rodado en su tierra…
No tuve muchas dudas de incorporarme al proyecto, no. Me ha colmado de alegría rodar en Murcia y con una producción 100% de la tierra. En mi región hay mucho talento, mucha gente que se dedica a esto, que le apasiona el audiovisual y estoy muy orgulloso de haber podido participar en esta gran primera película nacida en Murcia.

No es un papel fácil, tiene un gran enfrentamiento con Fernando Tejero, ¿cómo se ha preparado para este thriller?
Hablando mucho con el director, leyendo las secuencias y ensayando con Fernando Tejero. Me he puesto a su servicio porque Fernando es quien verdaderamente lleva el peso de la película, con una historia muy dura llena de segundas oportunidades.

¿Le ha dado la vida suficientes segundas oportunidades?Tengo la suerte de estar todavía jugando con la primera oportunidad. En cualquier caso, creo que a pequeña escala y en pequeñas situaciones, todos hemos tenido pequeñas segundas oportunidades y creo que son muy necesarias.

Entonces, imagino que no habrá pensado en sus últimas voluntades.
¡No me fastidies! (Risas). La verdad es que es un terreno muy espinoso y que una vez te vas, te vas para todo. Mi madre decía: 'ahí te quedas mundo amargo', y tiene razón. No hay que darle demasiadas vueltas a la muerte. He tenido que vivir recientemente el fallecimiento de mi hermana y es todo muy complicado.

A ella le dedicó su premio Goya en 2016…Sí, se lo dediqué porque estaba previsto que viniera conmigo a disfrutar de ese día, pero en un control rutinario le diagnosticaron una leucemia, se sometió a un trasplante de médula… Hace cuatro o cinco años se le reprodujo la enfermedad que, por desgracia, en noviembre de 2022 se la llevó por delante.

¿Sirven para algo los premios?Sirven para ponerlos como tope en las puertas y que no se abran tanto (rosas). No, la verdad es que son para que la gente que te quiere y que está orgullosa de ti tengan ese momento de alegría, de subidón. Lo peor es que te pasas todo el rato rezando para que te lo den para que ellos no se disgusten y no sufran. El Goya que recibí en 2016 me sirve para recordar la experiencia tan maravillosa del rodaje, el contacto con el director, cómo mimamos cada una de las escenas…

¿Recibir premios hace inaccesibles a los actores?Si yo fuera productor y fuera a rodar una película siempre buscaría al mejor actor porque el 'no' ya lo tienes. Es verdad que hay casos, como el de la actriz Laia Marull que tiene tres premios Goya por mejor actriz revelación, secundaria y protagonista, que trabaja muy poquito en producciones de mucho renombre. No deja de sorprender que una persona que tiene los tres premios en las tres categorías, tenga esta realidad. Eso sí, me consta que en Cataluña trabaja mucho. La carrera del actor también depende mucho de la suerte, es muy importante.

Me habla de la suerte, ¿y la envidia?
Puede que la envidia juegue en contra y sea importante, pero no creo que sea un factor decisivo en la carrera de nadie. Los actores trabajamos con el ego y eso puede pasar factura porque estamos mostrándonos en cada proyecto. Si te digo la verdad, a mí lo que más me interesa de esta profesión es el juego con el otro compañero, el dar la réplica, el trabajo conjunto.

Para llegar a un equilibrio, ¿es importante tener una buena red de afectos?Es fundamental tener una buena base familiar que te ayude a tener los pies en el suelo. Yo tengo amigos que no tienen nada que ver con la profesión y me muevo en círculos muy dispares entre sí porque estar alimentándome todo el día de mi profesión me parece muy aburrido. Además, mi pareja no es actriz ni tampoco nadie de mi familia.

Así que es la oveja negra…No, qué va, al contrario, me quieren mucho y les encanta mi profesión. Eso sí, tengo que decir que mi sobrino Mario está cogiendo el testigo y en breve estrena su primera peli de protagonista, Un pasado por delante. ¡Ya tengo heredero! Me encantaría inaugurar una saga, como los Gutiérrez Cava o los Merlo.

El buen actor, ¿nace o se hace?Nace, pero es indispensable que se forme, trabaje, consiga superar sus límites y conocer sus miedos. Creo que es fundamental buscar tus propios límites y ponerlos a prueba. Si habláramos de porcentajes, me inclinaría a decir que un 70% se nace y el otro 30% se hace.

¿Ha conseguido saber cuáles son sus límites?Sí, tuve la suerte de estar cinco años haciendo Los hombres de Paco. Dando vida a Povedilla me pusieron unos retos increíbles en cada capítulo, me llevaban a las situaciones más descabelladas y extremas. Todo aquello me hizo sobrepasar mis límites y conocerme mucho como actor. Gracias a todo lo que aprendí con esa serie he podido enfrentarme a proyectos muy serios que han venido después. Los hombres de Paco fue mi mejor gimnasio.

¿Cansa que le recuerden siempre como Povedilla?No, aunque sí puede llegar a molestar un poco que piensen que no he hecho nada más que ese trabajo o que crean que estoy retirado. En cualquier caso, nadie lo hace con mala intención y Povedilla es un personaje al que amo, que solo me ha dado alegrías y que fue mi espaldarazo popular.

¿Es un hombre feliz?
Ahora mismo no, es imposible con la muerte de mi hermana. Estoy reconstruyéndome.