"Creí que me iba a dar algo, que no daba abasto, fue una experiencia irrepetible"

Nunca se sabe hasta dónde puedes llegar ni lo que eres capaz de hacer. Y si me lo hubieran contado, nunca hubiera creído lo que iba a sucederme aquel verano que fui con una amiga, Tani, a un apartamento que su amiga Cris tenía en Gandía. Fue mi novio el que me convenció, ya que él no podía acompañarme. Y las tres fuimos dispuestas a arrasar (yo con mis limitaciones, claro). El caso es que una noche salimos con dos amigos de Cris. Después de recorrernos todos los garitos, beber, bailar y reír como locos, volvimos todos al apartamento.

Tani y Cris se encerraron en una habitación para contarse unos cotilleos y me dejaron a solas en el salón con los dos chicos. Como yo estaba muy segura de que no iba a pasar nada con ninguno de ellos, empezamos a sacar temas picantes: que cuándo perdimos la virginidad y cómo, nuestras zonas erógenas, que cuál era nuestra postura favorita, que si por delante o por detrás.

En un momento de la conversación, hablé de lo increíble que me parecía el tabú de los chicos de no darse besos, incluso por tontería, y menos en la boca, cosa que las chicas no tenemos ningún problema. Entonces ellos, para asombro mío, me dijeron que no tenían ningún problema, y me lo demostraron in situ. Aquello me excitó de una manera increíble, ellos no tardaron en volverse hacia a mí, y mientras uno se lanzaba a besarme el cuello, el otro lo hacía en la boca. Mi corazón iba a doscientos mil.

Yo sólo pensaba en mi novio, a cientos de kilómetros de allí, durmiendo plácidamente sin poderse imaginar lo que estaba haciendo en aquel momento. Al notar el silencio, Cris y Tani salieron al salón, nos vieron, y muertas de risa salieron del apartamento y nos dejaron a solas. Lo que pasó después no puedo describirlo con palabras. Sólo que creí que me daría algo, que no daba abasto y que fue una experiencia irrepetible. De hecho, nunca he vuelto a vivir nada parecido y por su puesto mi novio, que es ahora mi marido, nunca ha llegado a saberlo.