Madrid

Entrevista | Mario Gas: "Un director no lo tiene todo en la cabeza, sino que observa, conduce y recibe"

El director teatral Mario Gas
Pablo Lorente

Cuatro jubilados alemanes fueron condenados a penas de prisión en 2010, por secuestrar a su asesor financiero, al que reclamaban el dinero que habían invertido siguiendo sus consejos y la crisis económica de 2008 se llevó por los aires. Esta noticia es el punto del que partió Alberto Iglesias para escribir Los secuestradores de Chiemsee, que ahora dirige uno de los nombres fundamentales de la escena española, Mario Gas, con quien conversamos sobre la naturaleza de esta obra, sus últimos montajes en zarzuela y el teatro en general. Acabamos hablando sobre la terrible actualidad bélica, que está condicionando también al mundo de la cultura.

Escena de 'Los secuestradores del lago Chiemsee', de Alberto Iglesias
Pablo Lorente

Los secuestradores del lago Chiemsee es una comedia, pero una comedia negra, visualmente muy realista, donde los hechos que se narran son duros ¿cómo ha modulado la visibilidad de esa violencia?

La función es una comedia negra, crítica, ácida y al mismo tiempo chejoviana, porque también es una mirada sobre el paso del tiempo, entre estos amigos, profesionales liberales, aparentemente buenas personas, que deciden tomarse la justicia por su mano y aplicar la ley del talión. Ahí surgen ciertos aspectos como la pérdida de la potencialidad personal, la pérdida de la memoria, el amor, el desengaño, con un tempo de comedia a lo Rohmer, a lo Chabrol, cuando hacían esas descripciones de la vida en pequeñas provincias francesas. Es un texto magnífico de Alberto Iglesias que esconde muchas claves, como un tapiz en el que los nudos gruesos están por detrás, bajo una apariencia sencilla. Hay mucho ruido hoy en día en ciertas manifestaciones artísticas y a mí me gusta la profundización, en este caso desde la aparente tranquilidad.

Está también presente la banalidad del mal. Esas señoras que se han manchado la falda con la sangre del secuestrado y hablan de ello con fastidio, como si se hubieran manchado en la cocina. Yo recordaba a los oficiales nazis que por la mañana torturaban y por la noche se iban a escuchar un recital de lied. ¿El refinamiento en el gusto es compatible con lo más abominable?

A mí me parece paradigmática la secuencia en que a este hombre lo han apaleado, en una especie de solidaridad mal entendida, y ahí están todos merendando a su lado, con el té y los sandwiches de pepinillos, reponiendo fuerzas. Es uno de los momentos clave de la función. Ciudadanos de pro, que en un momento determinado son capaces de tomarse la justicia por su mano. No es un agitprop, no es un drama, no es teatro-documento. Es una fábula negra donde se especula sobre el comportamiento humano de las clases acomodadas. Todo apoyado en interpretaciones fantásticas de todo el elenco, que tienen una solvencia a prueba de bomba.

"La función es como un tapiz en el que los nudos gruesos están por detrás, bajo una apariencia sencilla"
Gloria Muñoz, Vicky Peña y Manuel Galiana en 'Los secuestradores de Chiemsee'
Pablo Lorente

Los personajes están muy bien perfilados y componen un panorama muy variado. Aparece la ocultación entre amigos y parejas. La mentira, las desconfianzas…

Los diálogos a veces rozan el teatro del absurdo, pero siempre consiguiendo profundizar en las relaciones humanas, envolviéndolo todo bajo una mirada crítica, desde el punto de vista de la comedia existencial y la comedia negra, dentro de la tradición europea.

¿Todos tenemos un rehén en la parte de atrás del jardín?

Exactamente. Creo que es una gran frase.

Escena de 'Los secuestradores del lago Chiemsee'
Pablo Lorente

Hablaba del elenco y estos días coinciden un par de espectáculos en Madrid, La batalla de los ausentes por La Zaranda, en el Teatro Español, y su función en Teatros del Canal, donde los actores son un grupo de veteranos y es una gozada verles ahí. ¿de dónde sacan la fuerza? ¿Qué desayuna esta gente para trabajar de ese modo?

(Ríe) Se desayunan con la vida. Los de La Zaranda son gente muy querida a los que admiro muchísimo desde hace años, cuando les invité al Festival de Otoño en Barcelona. Es una compañía que hace un teatro con una estética que a mí me percute, me llega y me gusta mucho. Está muy bien que coincidamos en cartelera.

¿El trabajo de dirección se modifica en cierto modo con un elenco tan veterano y con tanta sabiduría?

Desde luego, dirigir a Vicky Peña, Juan Calot, Helio Pedregal, Alberto Iglesias, Gloria Muñoz y Manolo Galiana (por orden, en la foto siguiente) es un gusto y un placer. La veteranía es un grado, pero la brillantez, la exactitud y el dominio de los resortes interpretativos es lo que a mí me sorprende. Se trata de dejarles respirar, de saber que un director no lo tiene todo en la cabeza ni es el Deus ex machina omnipotente, sino que trabaja con personas, crea líneas, observa, conduce y recibe. No sólo son muy buenos, sino que además sus propuestas tienes que aceptarlas porque son muy interesantes

"Es una fábula negra donde se especula sobre el comportamiento humano de las clases acomodadas"
Unos jubilados muy perversos son 'Los secuestradores del lago Chiemsee'
Cedida

Y además sin micro, porque últimamente se ve mucho micrófono y ellos actúan a voz desnuda.

La sala verde de Teatros del Canal permite perfectamente trabajar sin micro. Yo en principio soy un enemigo absoluto de la utilización del micro, si no es que el teatro tiene muy mala acústica o que la amplificación de la voz sea un elemento estructural de la narrativa. El actor tiene que colocar, amplificar la voz, utilizar los resonadores para que suene bien y llegue el texto a todo el público.

Antes del estreno expresaba la incertidumbre por la respuesta del público ante este registro de humor negro. ¿ha encontrado buena acogida?

Buenísima acogida. El teatro está lleno todos los días y el público escucha, ríe y aplaude al final. Creo que el público realmente entra en el juego, después de quedar un poco sorprendido por los giros que da la obra, por los meandros a través de los que te conduce la historia.

"Hay que animar a los jóvenes directores y compositores a adentrarse en el mundo de la zarzuela"
Escenografía de Ezio Frigerio para 'Los gavilanes'
Teatro de la Zarzuela

Ha tenido la fortuna de compartir con el gran Ezio Frigerio, fallecido recientemente, algunos de sus últimos trabajos como escenógrafo en el Teatro de la Zarzuela. ¿Qué va a recordar de estos últimos momentos compartidos con un maestro de su categoría?

Estaba a punto de cumplir los 92 años y ha estado lúcido hasta el último momento. Iba en silla de ruedas, pero tenía una vitalidad enorme y en estas tres semanas que estuvo en Madrid, el otoño pasado, reía cuando algo salía bien o gritaba cuando los mecanismos de su decorado no funcionaban. Era un absoluto genio, un hombre fundamental en la escenografía de la segunda mitad del siglo XX y buena parte del XXI, y lo recordaré como un gran amigo y maestro.

Hablando de zarzuela, se observa que ha llegado un nuevo público, los teatros están llenos… ¿Hay un auge de este género?

Yo creo que sí y aún tendría que haber más. Los poderes públicos deberían aupar un género que es realmente tan nuestro. Si fuera la opereta vienesa estaría mucho más apoyado. Sobre la zarzuela penden dos cosas: un criterio de adscripción a la dictadura franquista, lo cual no es cierto; y luego una cierta obsolescencia de algunos textos, que hay que pulir y revisar, es cierto, pero musicalmente tiene mucha calidad. En las dos últimas producciones que he realizado -Los gavilanes y La tabernera del puerto- he visto un público muy abierto, sorprendido con el desarrollo escénico y la visualización. Hay que animar a los jóvenes directores y compositores a adentrarse en el mundo de la zarzuela, llámese zarzuela, zarzuela-rock o comedia musical.

"Me fui del Teatro Español con mucha satisfacción y hay gente que todavía me para por la calle para felicitarme"
Mario Gas dirige en Teatros del Canal
Pablo Lorente

Recordando su labor de dirección de un gran teatro, como el Teatro Español. ¿echa de menos ese tipo de trabajo, tener un espacio donde programar?

Tener una casa siempre es bueno. Yo lo he conseguido desde que empecé en el teatro independiente. Para dirigir un teatro público, lo primero es necesario no creerte que es tu casa o tu cortijo, sino que la tienes en usufructo para satisfacer a un amplio sector del público. No tengo ninguna nostalgia, pero me gustaría tener un teatro pequeño donde desarrollar mi labor, aunque es difícil con la actual administración. Me fui del Español con mucha satisfacción y aún ahora hay gente que me para por la calle y me dice "que bien su etapa en el Español”.

¿Cómo ve las generaciones de actores que nos llegan? En alguna ocasión ha ensalzado la escuela inglesa, en la que impera la técnica, saber moverse bien, proyectar la voz correctamente, frente a escuelas un tanto más introspectivas en las que al actor casi ni se le entiende lo que quiere decir. ¿vamos por buen camino?

Es una pregunta capciosa (ríe). Yo creo que en este país hay mucho talento. A todos los niveles en el mundo del teatro: autores, directores, escenógrafos, iluminadores, actores, actrices, figurinistas. El teatro es comunicación con un público, y cualquier cosa que imite absoluta y radicalmente a una cierta naturalidad balbuciente está equivocado. Apelar a la organicidad y al sentimiento, si te impide que eso salga y viaje hacia el público, es un error. Hay actrices y actores jóvenes muy interesantes, y otros, producto de cierto tipo de medios o de cierta manera de creer en los nuevos lenguajes, que de tanto sufrir y creer que el texto hay que dinamitarlo, se convierten en un coñazo absoluto. Yo tampoco me he encontrado a nadie por la calle balbuceando. La gente acostumbra a hilar un discurso. El teatro, ya sea físico o textual, debe articularse con inteligibilidad y credibilidad, sea el estilo que sea.

Yo soy optimista, pero hay que reunirse con las administraciones para tratar la depreciación de los valores económicos de todos los equipos técnicos y del poco tiempo que están en cartel las funciones. Hay que creer más en la profesión y no estancarse en los salarios obsoletos. Eso sí creo que es tan revolucionario como los nuevos lenguajes. Si sabemos de dónde venimos, en arte, en política y en la vida, sabremos dónde estamos y dónde queremos ir. Si no, todo es un batiburrillo.

¿Cuál sería la solución para incrementar el período de tiempo que están en cartel las funciones?

Que se abran más salas y se atienda a la profesión. Antes se ensayaba un espectáculo 8 semanas, se hacían 14 semanas en un teatro público y luego se hacía una gira, de modo que un actor tenía medio año de contrato. Ahora se ensaya 6 semanas, y se hacen 3 o 4, y luego no hay gira, con lo cual los actores están estancados. Los organismos de cultura, estatal, autonómica y municipal, tienen que replantearse todo y empezar tomarse en serio la cultura y el teatro, en particular.

"La cultura ha de ser dinámica siempre, si no es una alienación biempensante"
Juan Calot y Helio Pedregal en 'Los secuestradores del lago Chiemsee'
Pablo Lorente

Actualmente puede verse en CentroCentro una exposición sobre escenógrafos de vanguardia alemanes, con creaciones magníficas, donde se advierte una inversión económica muy fuerte en teatros públicos. Eso sólo se entiende por la consideración social del teatro en ese país, ¿verdad?

Vienen de tradiciones muy distintas. Sólo hace falta que cruces la frontera de Francia para ver que todo es muy diferente. Pero yo me pregunto, ¿por qué existe la sensación interna de que se está malgastando el dinero si se destina a la cultura? ¿Por qué se trata de enfrentar la cultura, a la sanidad y la educación? Hay mucho terreno en medio donde se pierde ese dinero absolutamente indispensable. Una cultura que tiene que opinar, no una cultura blanca, que te deja sin conciencia o inane, pensando que nada se puede pelear y luchar. La cultura ha de ser dinámica siempre, si no es una alienación biempensante. En este país es como si empezáramos siempre de cero, como si viviéramos al día.

Hay una referencia cinematográfica que me vino a la mente al ver la obra: Atraco a las tres (1962). Gente normal, no profesionales del delito, que planifica un golpe.

(Ríe) Es cierto, y además son aficionados y les sale mal de algún modo. No sé si Alberto ha pensado en esta película excepcional de Forqué, fantástica de guión, dirección e interpretación. Hay algo ahí de la tradición de la comedia española, en el mejor sentido de la palabra. Claro, no es una comedia blanca ni moralista, porque el autor no quiere tomar partido. Explica y expone.

"La invasión de Ucrania requiere tomar posición. Es una cuestión de sentido de responsabilidad individual"

La guerra de Ucrania está afectando al mundo de la cultura. Algunos teatros occidentales están cancelando las actuaciones de artistas y compañías rusas: el Ballet del Teatro Bolshoi en la Royal Opera House de Londres; el director de orquesta Valery Gergiev en la Scala de Milán y Munich. ¿Son admisibles estas cancelaciones a aquellos que no se están manifestando con claridad en relación a la guerra?

Es difícil opinar, pero creo que esta invasión requiere tomar posición. Es una cuestión de sentido de responsabilidad individual, pero hemos de tener en cuenta que Rusia es un país en el que se detiene a la gente por manifestarse, o se envenena a los disidentes. Están en una especie de neo-capitalismo socialista raro. Si hay que prohibir a los artistas individuales… en este momento no sabría contestarte. Sí a las estructuras que dependen de la administración rusa, mientras no paren esto. A mí me conmueve mucho estos días ver entrevistas a ucranianos que viven en España, que dicen “yo no sé manejar un arma pero me voy a mi país. Quiero luchar por mi tierra, nos han invadido”. El pueblo ucraniano se siente muy ucraniano, no se siente ruso, y por lo tanto esto va a ser sangrante. Ya lo está siendo.

Sabiduría y veteranía en el reparto de 'Los secuestradores del lago Chiemsee'
Adolfo Ortega

¿Cree que estos conflictos tienen luego reflejo en las obras de teatro que se acometen? Recuerdo, por ejemplo, Incendios de Mouawad con un texto tan impresionante basado en la guerra del Líbano, que dirigió usted en el Teatro Abadía.

Sí, ese era un texto revelador y creo que ahora también saldrán montajes reaccionando ante ese eterno conflicto, el del pez gordo que se come al chico, pero por razones que no se declaran. Es la mentira de las guerras, que ya estaba en Las Troyanas, esa pantomima mitológica de que la guerra de Troya se originó por una disputa sobre la mujer de un Rey aqueo, cuando en realidad el motivo era el control del paso del Bósforo. Pues aquí es igual: Putin quiere tener potencialidad e invadir un país que es rico en algunas cosas, aunque también influye la psicología esquizoide y malvada, aparentemente banal, de estos dirigentes despóticos al servicio de los capitales más oscuros. Va a dar para mucho esto. 

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