[Crónica TIFF 2011] Maneras de globalizar

Nuestro hombre en el festival canadiense nos cuenta la tardanza de George Clooney, el regreso de Willem Dafoe a la jungla y el terror de Fernando Merielles Por RUBÉN ROMERO (Toronto)
[Crónica TIFF 2011] Maneras de globalizar
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[Crónica TIFF 2011] Maneras de globalizar

Ocurrió lo imposible en un lugar tan bien organizador como Toronto. Hicimos tiempo como pudimos con lo que nos dejaron ver de diferentes partes del planeta. Brasil decepcionó (mucho). Cuba sorprendió (bastante) y Australia ni fu ni fa. Al final, el día del cronista quedó de lo más urbi et orbe, que diría el turista Benedicto XVI. Empezamos por las malas noticias (diría terribles si eso no fuera darle demasiada importancia a una película) y seguimos con las malas para quedarnos entre medias de todo.

Empezábamos con muchas ganas pues Clooney presentaba su segunda película, The Descendants, y aunque eso es importante, más lo es que estaba dirigido por Alexander Payne, un maestro de esto de la cinematografí al que debemos la impagable Election (Cielos, ¿sabrá George que la maldad de Los idus de marzo ya se cocina en el instituto?). En fin, que cola kilométrica y retraso de una hora... y a otra cosa mariposa, que el tiempo es oro y más en Ontario, así que nos metimos a ver The Hunter, de Daniel Nettheim, por eso de que a cualquier amante del cine le resulta irresistible la combinación Willem Dafoe + jungla desde la época de Platoon, de Oliver Stone. Como en esa ocasión, la presa (sean charlies o el extinto tigre de Tasmania) es lo de menos, lo que verdaderamente persigue el actor son sus demonios interiores. Más allá de su interpretación y de un paisaje maravilloso, nada que destacar. Eso sí, en los lavabos del cine sonó sin parar el Adagio para cuerda de Samuel Barber.

Luego, 360 la nueva súper producción de Fernando Meirelles. ¿Por qué? Pues esto todavía se está preguntando un servidor. Supongo que porque se fío de alguien que le dijo eso de “bueno, si es de Meirelles hay que verla”. Y no digo yo que uno no disfrutara con la moralmente discutible Ciudad de dios o con la más ética El jardinero fiel, pero es que de un tiempo a esta parte el hombre no da una. Le ha entrado el virus planetario o se ha metido a una religión rara, porque en los últimos tiempos no para de sermonear al personal sobre que somos una sola familia y tal. Lo cual está muy bien, siempre que conozca tampoco a su familia como para caer en la ristra de clichés que es 360, espantoso artefacto buenrollista en el que las checas son prostitutas, los brasileños latin lovers, y los franceses árabes camuflados. Si Babel, de González Iñárritu ya era difícil de digerir, 360, su versión exponencial, es directamente un bolo en la garganta.

Y para acabar, Juan de los Muertos, de Alejandro Brugués (Personal Belongins) bautizada por los promocioneros, muy astutamente como “la segunda revolución cubana” o “la primera película cubana de zombies”. Muy graciosa, muy entretenida y dará mucho que hablar. Eso sí, el tráiler es tan bueno que a uno esperaba más.

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