Internacional

Sayed Sadaat, de ministro de Comunicaciones en Afganistán a 'rider' en Alemania

Sayed Ahmad Shah Sadaat, exministro de Comunicaciones de Afganistán, trabajando como 'rider' en Leipzig, Alemania.
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Hace apenas dos años, la vida de Sayed Ahmad Shah Sadaat era muy diferente. Este ingeniero con títulos en telecomunicaciones e ingeniería electrónica por la Universidad de Oxford llegó a ocupar uno de los puestos más importantes en Afganistán. Como ministro de Comunicaciones del Gobierno de Ashraf Ghani, Sadaat negoció con China o India la puesta en órbita de satélites, así como la mejora de las redes móviles en Afganistán. Dos años después de dejar su cargo como ministro, Sadaat trabaja como 'rider' en la ciudad alemana de Leipzig, repartiendo comida a domicilio en una bicicleta.

"No tengo nada por lo que sentirme culpable", ha asegurado a la agencia Reuters este ciudadano afgano-británico de 49 años que a finales de 2020 decidió dejar todo atrás en Afganistán temiendo que algún día podrían llegar los talibán, como finalmente ha ocurrido.

Por este motivo, a su llegada a Alemania solicitó asilo para, en calidad de refugiado, poder comenzar a trabajar de lo que fuese. "Todo el mundo tiene que pagar la renta, comer, yo pude haber sido un ministro corrupto, haber robado millones de dólares, haber comprado edificios aquí o en Dubai y no necesitar trabajar, por eso estoy muy orgulloso y tengo la conciencia tranquila", ha indicado.

Aunque pudo irse al Reino Unido debido a su doble ciudadanía, finalmente eligió Alemania como destino, esperando encontrar un trabajo relacionado con su campo de estudio, las telecomunicaciones. Sin embargo, al no hablar alemán, las posibilidades de hallar un empleo en ese ámbito se esfumaron.

"El idioma es la parte más importante", ha asegurado Sadaat, que todos los días estudia cuatro horas de alemán en una escuela de idiomas antes de iniciar su turno de trabajo en Lieferando, donde empezó a trabajar este verano.

Sobre sus primeros días como repartidor, Sadaat recuerda que "fueron emocionantes, pero difíciles", ya que supuso todo un desafío para él aprender a moverse en bicicleta por la ciudad. Sin embargo, ha sabido sacarle la parte positiva: "Cuanto más sales y más gente ves, más aprendes", ha indicado.

Después de que su historia haya visto la luz, la empresa ya le ha ofrecido un puesto de trabajo en el departamento de comunicación corporativa

"Para avanzar en la vida, hay que trabajar. No me avergüenzo de mi trabajo y no me siento inferior. No creo que los afganos se avergüencen de tener un exministro trabajando, pero sí lo harían si recibiera dinero social", ha indicado en otra entrevista al periódico local Leipzig Volkszeitung.

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