"Roberto, un moreno de cuerpo atlético cuyos pectorales desataron mi locura"

Pensaba que este verano iba a ser el típico aburrido, pero tras pasar la mejor semana de mi vida, todos mis pensamientos han cambiado. A principios de verano me fui con mis padres al apartamento que tenemos en la costa levantina. Mis amigos de la playa aún no habían llegado, por lo tanto sólo estaba con mi hermana pequeña.

Su lengua recorrió cada centímetro de mi piel, sudando hasta el amanecer

Una mañana bajamos a la playa mientras mis padres hacían la compra. Decidimos darnos el primer chapuzón del verano, cuando a mi hermana le picó un pez araña. Acudimos al puesto de socorro y allí conocí a Roberto, un chico moreno de cuerpo atlético cuyos pectorales desataron mi locura. Era bastante mayor que yo, ya que yo tenía 18 años recién cumplidos y él 29. La cosa se quedó ahí, pero me pasé toda la noche pensando en él. Al día siguiente volvimos al mismo sitio para ver si estaba, ya que tenía muchas ganas de verle. Ese día, él no estaba trabajando, sino que estaba tomando el sol junto con unos amigos. Él se acerco a nosotras para ver como se encontraba mi hermana, y estuvimos un rato hablando. Era muy simpático y mostraba mucha complicidad conmigo.

Esa misma noche, era la noche de San Juan, y se iba a hacer una fiesta en la playa, y como yo estaba sola sin mis amigos, me invitó a que la pasara con él. Estuvimos toda la noche juntos, hablando y divirtiéndonos, cuando de repente me cogió la mano y me invitó a tomar la ultima en su casa, y a partir de ahí, se desató la pasión, hasta el punto de que nuestros cuerpos se fundieron en uno. Su lengua recorrió cada centímetro de mi piel, sudando hasta el amanecer.

Terminada la noche de lujuria, me preparo un desayuno romántico, de esos que no se olvidan. Esa noche no la olvidaré jamás. Espero volverle a ver cuando vaya otra vez en agosto. Te quiero Roberto.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento