Madonna: caridad y misticismo pop
- La 'Reina del Pop' actúa en nuestro país los días 21, 23 y 25 de julio.
- La artista es una enamorada de la cultura asiática.
- Malaui, su último destino con final feliz.
Para la camaleónica Madonna Louise Ciccone, los días de vacaciones podrían contarse con los dedos de una mano: inmersa en el segundo tramo europeo de su interminable gira mundial (el Sticky & Sweet Tour, que la trajo a nuestro país en septiembre del año pasado y hará lo propio a finales de julio en Barcelona, Madrid y Zaragoza), la única holiday que tiene a mano se limita al repertorio de canciones de sus actuales shows.
Aún así, cuando no está sobre un escenario, a la 'Reina del Pop' no le faltan ganas de seguir recorriendo el planeta en busca de nuevas sensaciones, siendo las más publicitadas su creciente interés por la cultura asiática y la necesidad de añadir más nombres a su libro de familia numerosa.
Rayastán, al noroeste de la India, es uno de los lugares que más han encandilado a la otrora provocadora 'Ambición Rubia': cuando todavía estaba unida al cineasta británico Guy Ritchie, dio la bienvenida al 2008 cobijándose en un exótico y privadísimo resort privado situado en el desierto, visitó la fortaleza Mehrangadh (en Jodhpur), cantó karaoke para todo un Marajá indio y disfrutó como una cría de la música folk y los bailes tradicionales del lugar.
También se lo pasó en grande en las Maldivas, donde aprovechó para cabalgar y fue homenajeada con un espectáculo de danzas ecuestres que, muy probablemente, le serviría de inspiración para la coreografía de una futura gira.
Su última parada se aleja de Asia y se ubica en el sureste de África: debido a la adopción de su nueva hija, Mercy James, la artista estadounidense ha pasado un tiempo en la exótica y paradisíaca Malaui (donde ya adoptó hace tres años a un niño, David). En casos así, el compromiso y la caridad están por encima de las meras vacaciones. Un destino con final feliz.