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La familia Obama está más unida desde que se mudó a la Casa Blanca

Los Obama saludan desde una ventana de la Casa Blanca.
20 minutos

Vivir en la Casa Blanca ha tenido un efecto positivo sobre la familia Obama. Así, al menos, se desprende de una entrevista en profundidad que ha concedido la primera dama estadounidense a la revista Time cuando se han cumplido ya cien días desde que se instalaron en la residencia presidencial.

Me siento tan cómoda aquí que me olvido de las miles de personas que entran y salen a diario
"Me siento tan cómoda aquí que me olvido de que hay miles de personas que entran y salen cada día del edificio", explica
Michelle Obama a la publicación, una de las que han seguido más de cerca cada uno de sus movimientos, así como

Para la esposa de Barack Obama, la gran ventaja que su  nueva vida tiene para el clan familiar es que, por primera vez desde hace muchos años,  su marido trabaja en la misma ciudad en la que viven ella y sus hijas, y se pueden ver "todos los días".  "Antes él trabajaba en Springfield, a cinco horas de casa", explica.

Esto ha supuesto que sus hijas pueden cenar con su padre, toda "una novedad", verle por las mañanas antes de ir al colegio, darle las buenas noches antes de acostarse...

También durante los fines de semana comparten muchos momentos. "Nuestra vida es normal, más normal de lo que ha sido durante años", afirma Michelle.

Incluso afirma que su esposo, pese a sus ocupaciones profesionales, tiene tiempo por la noche para dar el último paseo a Bo, el pastor de aguas que adquirieron recientemente.

Para Michelle, las niñas consiguen mantener a la familia pegada a la realidad: "Cuando hay una obra, un concierto, una fiesta de cumpleaños... tus hijas van a ir, o van a pasar allí la noche. Eso te obliga a salir, a ver a otras personas y a ser normal".

Según su madre, las pequeñas Malia y Sasha siguen manteniendo una vida equilibrada a pesar de su nueva situación.