Olvidamos los sueños porque éstos son "intraducibles" en estado de vigilia

Decía un verso de Antonio Machado que "de toda la memoria, sólo vale el don preclaro de evocar los sueños". Por desgracia, esta lúcida capacidad no es la norma, si no más bien la excepción entre los seres humanos. Los buenos sueños, las pesadillas, los sueños recubiertos de una capa espesa de hechos inconexos... todos ellos suelen evaporarse de una forma que, aunque no tenga nada de misteriosa, deja un regusto amargo.

El olvido de los sueños se encuentra relacionado con la carga superficial de emotividad a las que van asociados la mayoría de ellos. Por esto, y también quizás por ser de baja intensidad, los sueños son olvidados sino totalmente, sí parcialmente, en el momento de pasar del sueño a la vigilia, recuerdan desde el blog genciencia.com.

La comparación entre las percepciones que experimentamos en los sueños con las percepciones cotidianas nos conducen a ver que las últimas pueden tapar de manera efectiva a las primeras. Sin ir más lejos, "nuestro despertador hace añicos habitualmente los sueños que interrumpe", y al menos la parte del sueño más cercana al despertar suele quedar olvidada pronto.

Algunos expertos han llegado a afirman que en ciertas ocasiones los recuerdos más lúcidos y clarividentes no corresponden con las partes del sueño con mayor carga emocional, sino precisamente todo lo contrario. Muchas veces, la repetición de una percepción débil se olvida o recuerda con la misma facilidad que una experiencia única e intensa, y esto se puede aplicar, según los autores, a los sueños.

Esta opinión es controvertida, y parece más lógico pensar que somos capaces de recordar mejor los sueños que presentan una estructura lógica, con significado coherente, que lo caótico y desprovisto de significado alguno.

Según otros expertos, la diferencia entre la sensación general entre el sueño y la vigilia hace que sean irreproducibles el uno para el otro; el material de los sueños está dispuesto de manera que resulta intraducible en la vigilia.

Gimnasia para favorecer el recuerdo

Según Sigmund Freud, el hecho de que los sueños se volatilicen con tanta frecuencia tiene que ver con el escaso interés que en general mostraron hacia ellos. "Cualquiera que dedique un poco de su tiempo a la investigación de sus sueños y ponga interés en ellos, soñará habitualmente más tiempo que otros, y recordará sus sueños más fácilmente y más frecuentemente", decía el inventor del psicoanálisis.