Valencia está en el mapa. La Ciudad de las Artes y las Ciencias le abrió las puertas al progreso. La capital del Turia dio así un salto a la modernidad sin traicionar sus raíces. Es una ciudad vital y de una modernidad desbordante que hay que visitar con tiempo.
Los atractivos de la ciudad de Valencia, qué duda cabe, son muchos. Pero si nuestra estancia es larga, debemos aprovechar para ver algunos de los tesoros que quedan a menos de una hora de la capital de la Comunidad Valenciana. Estos diez que siguen son solo un buen ejemplo.
L'Horta de València
Salimos de la capital y atrevesamos L'Horta de València. Espacio agrícola y pesquero con 1.200 años de antigüedad, es el último espacio español incluido en el registro de Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial. L'Horta está formada por unas 6.000 pequeñas explotaciones agrícolas y miles de pequeñas parcelas. Alrededor del 80% del área se utiliza para cultivar frutas y unos 50 tipos de hortalizas.
Sagunto
Hay mucho que ver: el teatro romano, el barrio de la judería, los restos del muro del templo de Diana y el castillo. A cinco kilómetros hay una extensa playa con dunas repletas de vegetación.
Bocairent
Este pueblo, situado al sur de la provincia de Valencia, sorprende por su variado patrimonio histórico. Está situado en la Sierra Marila, que es Parque Natural desde 2012.
Serranía del Turia
Nos regala monumentos naturales como el macizo del Pico del Remedio, la Sierra de Atalaya, el cañón que ha excavado el río Turia o sus diversos barrancos. También, la Ruta del Agua de Chelva, un recorrido circular, ideal para hacer con niños. Si queremos complicar la cosa, podemos desviarnos hasta el Pico del Remedio, por la ruta denominada ‘Caminos Históricos del Agua’.
Chulilla
Este municipio de la comarca de Los Serranos, uno de los más bonitos de la provincia de Valencia, queda a los pies de una montaña sobre la cual se levanta un castillo árabe. Llegando al Mirador de Compuertas, veremos el Charco Azul y el cañón del río Turia, que discurre por un paso estrecho entre muros cortantes. Las vistas son vertiginosas.
Cullera
El Faro de Cullera marca el final de la franja litoral que viene de la Albufera y corona la Serra de les Rabosses. A sus pies, el museo de la Cueva de Dragut regresa a la época de los piratas, que en el siglo XVI asolaban la costa. Es imprescindible ascender por el Camino del Calvario hasta el Castillo de Cullera para ver la desembocadura del Júcar y el paisaje colindante. Junto al castillo, el Santuario de la Virgen de la Encarnación, un edificio decimonónico de arquitectura neobizantina.
Calpe
Al cobijo del Peñón de Ifach se encuentra Calpe, municipio turístico en plena Costa Blanca. Su recinto histórico está delimitado por las antiguas murallas que protegían del asedio pirata. Interesante la iglesia dedicada a la Virgen de las Nieves, del siglo XV, único templo de estilo gótico-mudéjar de la Comunidad Valenciana
Guadalest
Uno de los pueblos más bonitos de España, su principal atractivo es su castillo-fortaleza del siglo XI. El casco antiguo está en lo alto de una peña sólo accesible a través de una oquedad abierta en la montaña. De esa situación nace una de las imágenes emblemáticas de toda la Costa Blanca.
Denia
Esta localidad, cuyo origen se remonta a la época romana, se encuentra al norte de la provincia de Alicante. El pasado musulmán lo evidencia su castillo. En sus estrechas calles de ambiente marinero (su barrio de los pescadores) son típicas las viviendas de una planta, blancas y con teja roja, con el porche tradicional de la comarca conocido como riu-rau. Su entorno natural lo conforman grandes playas, un paisaje rocoso y escarpado al sur y el parque natural del Montgó.
Benidorm
No deja indiferente a nadie. O se la quiere o se la detesta. Pasan los años y, pese a las críticas, el modelo de turismo que representa la ciudad alicantina sigue triunfando. Acompañe o no el tiempo, hay que ver la playa Levante, muy frecuentada por turistas extranjeros y la de Torrelamata.
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