De Lluch a Carrasco: los doce socialistas que asesinó ETA y que no olvidan los críticos al pacto de Sánchez con Bildu

En tres décadas ETA asesinó a doce dirigentes socialistas. Esa es la conclusión a la que muchos recurren ahora, cuando se ha más palpable el pacto del Gobierno de Pedro Sánchez con EH Bildu de cara a los Presupuestos Generales del Estado. La banda terrorista abandonó las armas en 2011 y se disolvió del todo en 2018. Pero dejó tras de sí un rastro de dolor que marcó, entre otros, al PSOE como partido político. Hay varios nombres. Desde Germán González, al que mataron en 1979, hasta Isaías Carrasco, asesinado en 2008.

González fue el primero. Le siguieron el senador Enrique Casas, que fue asesinado en 1984, justo cuando formaba parte de la dirección del PSE. Vicente Gajate se convirtió en el siguiente. Militaba en el PSOE cuando le mataron en Rentería se mismo año. Se convirtieron en los tres primeros nombres de esta lista.

El ruido entonces aumentó y se volvió ensordecedor ya con Fernando Múgica, al que ETA mató de un tiro en la cabeza en 1996. Solo unos días después la banda le quitaba la vida a Francisco Tomás y Valiente, que había sido presidente del Tribunal Constitucional.

El PSOE estaba, como otros muchos colectivos, en el foco de la banda terrorista, y una prueba de ello fue lo sucedido en el año 2000. Tres asesinados que siguen en los libros de la historia más negra de España. En febrero mataron a Fernando Buesa en Vitoria con un coche bomba. En ese momento era el líder de los socialistas en Álava. Los terroristas tardaron solo unos meses más en asesinar a Juan María Jáuregui. Lo hicieron concretamente ese verano. Y ya en noviembre, otro crimen: el de Ernest Lluch, en Barcelona. Recibió un disparo en la cabeza.

Froilán Elespe fue el siguiente. Ya en 2001, ETA mataba al teniente de alcalde de Lasarte. Después tardaron un año en asesinar, de un disparo, a Juan Priede, y a él se unió, ya en 2003, Joseba Pagaza, que era el jefe de la Policía Local en la localidad de Andoáin.

La oscura lista la cerró en 2008 el concejal socialista en Mondragón Isaías Carrasco. Ya en los últimos años de ETA antes de que dejase las armas, la banda abordó a Carrasco a la salida de su casa y le acribilló. Cinco disparos acabaron con su vida.

Todos esos nombres, en la memoria, salen de nuevo a la luz ante el pacto del Gobierno con Bildu. El PSOE y Podemos niegan que haya un acuerdo cerrado, pero lo encuadran dentro de la "normalidad democrática" y PP, Ciudadanos o Vox acusan a los partidos de la coalición de "blanquear" a los "herederos de ETA".