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La entrañable historia de Roger, el mariscador que se hizo amigo de "Manoliño" el delfín

Roger, mariscador de profesión, comenzó su amistad con el delfín al que ha bautizado como "Manoliño" a principios de este mismo año. Roger localizó al animal en la ría de Muros y Noia mientras recogía navajas junto a sus compañeros.

La cuadrilla vivía la situación con ilusión y miedo a causa del tamaño del mamífero. El delfín se unió al grupo hasta ser uno más y por eso decidieron ponerle nombre. Lo bautizaron como Manoliño, un "nombre muy gallego y cariñoso", tal y como apunta Roger.

Con el paso del tiempo, ambos fueron cogiendo confianza y Manoliño decidió acercarse. Como si se tratara de un cachorro, el delfín aceptaba las caricias de Roger y jugaba a su alrededor con un visible estado de felicidad.

El resto de compañeros se mostraron más reticentes a acercecarse al delfín. Sin embargo, Roger sumó un aliciente a su jornada laboral. "Igual a mí me está haciendo la cama e igual me come dentro de dos días", comenta.