¿Qué son los 'viajes slow'? La nueva normalidad del turismo

Imagen de archivo de un viaje por carretera.
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Imagen de archivo de un viaje por carretera.

Muchas veces, los viajes que se realizan en vacaciones son un desenfreno de monumentos, visitas guiadas, búsquedas de restaurantes, fotos y playas o zonas masificadas. El deseo de disfrutar y aprovechar al máximo las vacaciones hace que, en ocasiones, este periodo de descanso se acabe mucho más cansado de lo que se empezó. 

"¡Basta ya de estrés y prisas!", se puede leer en una web dedicada al Slow Travel, un concepto que hace referencia a los viajes de desconexión, disfrutando del trayecto, de la gente y de cada rincón.  

Así, el Slow Travel es un movimiento que implica una forma de viajar tranquila, sin prisa y con calma, abriendo la mente y conociendo la esencia de los destinos, sin centrarse únicamente en visitar los monumentos más representativos para tacharlos del mapa y seguir con el viaje de prisas y estrés. 

Por esto, esta corriente trata de "descubrir la riqueza de la diversidad y los pequeños placeres de la vida, conocer a fondo un lugar, mezclarse con sus gentes, comida, lengua o cultura". De este modo, el Slow Travel trata de anteponerse a esos viajes en los que se trata de visitar muchas cosas en el menor tiempo posible. 

Los turistas hoy en día no se paran a comunicarse con las personas autóctonas del lugar visitado. Tampoco se emplea tiempo en conocer su forma de vida o costumbres, sino que programan el trayecto, incluso por horas, para poder ver la mayor parte de cosas posibles, hacer las fotografías oportunas y compartirlas en las redes sociales. 

Consejos para convertir tu viaje en 'slow'

Para conseguir realizar un verdadero viaje slow, con calma y sin estrés, para conseguir el verdadero descanso y desconexión que todo el mundo necesita durante el periodo vacacional, pero que pocos consiguen, se pueden seguir una serie de recomendaciones: 

  1. Elige un destino viable para los días de vacaciones con los que se cuenta, de forma que tenga suficiente tiempo para disfrutar del lugar.
  2. Ir caminando a todas partes en la ciudad para que nada escape a los ojos, sobre todo, aquellos rincones que no se encuentran en las guías. Todo esto hace que el viajero se mezcle con los locales y a la cultura. 
  3. No mirar el reloj ni programar todas las horas del día. Tampoco hay que planificar rutas interminables que impiden disfrutar del destino de forma  tranquila.
  4.  Hay que integrarse con la cultura e idiosincrasia del lugar. Una buena recomendación es probar la gastronomía y platos típicos del lugar.
  5. Un viajero slow prefiere encontrar una casa rural, situada en un enclave autóctono y agradable, con dueños de la zona que indiquen lugares y costumbres locales, en vez de hacerlo en hoteles. 
  6. Tampoco hay que tratar de hacer turismo, sino simplemente viajar y conocer los lugares, viviendo y saboreando los momentos, sin ir todo el rato acompañado de una cámara de fotos o una guía. 
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