Juegos de manos

Durante años, siglo y hasta diría milenios, tocar los genitales de un hombre estaba penado con la muerte, esas cosas ni se veían, ni se tocaban. Por eso la mayoría de las mujeres no se atrevían a reconocer el placer que esta técnica les proporcionaba porque temían ser apedreadas o condenadas a los fuegos de infierno y lo hacen por hacerle un favor a él pro renuncian a sentir ellas mismas.

Me dirijo a ti que cuando estás con tu chico

puedes acariciarle la cara, el pelo, los hombres o el pecho pero no te atreves a pasar del ombligo porque te da vergüenza a porque crees que no es romántico.

Si eres una de esas mujeres que infravaloran el poder de una buena masturbación por si misma, no “para que se quede tranquilo” o “porque yo no tengo ganas y sé que él lo necesita”, pues tú te lo pierdes. A la mayoría de los hombres

les vuelve locos, pero no es lo mismo que alguien te toque sabiendo que lo hace casi, casi como un sacrificio, a sentir su que su excitación es la que mueve los hilos de esa mano.

Si eres de las que disfrutas no solo con lo que estas haciendo sino con los gemidos, los estertores y la respiración entrecortada de tu compañero esta semana

te hablo a ti.

Antes de nada y para recoger buena información pídele a tu compañero que

se masturbe delante de ti o que te lleve la mano, tendrás datos importante y de primera mano. ¡Nunca mejor dicho!