¿Dónde están los reyes de la risa?

"¡Qué triste oficio, el de hacer reír!", exclamaba Charles Chaplin en Candilejas. Y sabía bien de lo que hablaba. Además de manejar materias primas de riesgo (el ridículo, el trompazo, el one liner, la mueca...) un actor cómico tiene que lidiar cotidianamente con un peligro atroz: el olvido. O, por lo menos, un descenso de popularidad en cuanto el público se haya acostumbrado a sus gags. Una vez llegado ese momento, el comediante de turno tendrá que acostumbrarse, bien a una carrera de intervenciones televisivas, bien al socorrido rol de secundario o cameo de lujo.

¿Crees que estamos exagerando? Comprueba nuestra lista: todos los intérpretes (y la intérprete) que enumeramos a continuación llenaron los cines y los videoclubes de carcajadas, hasta que les llegó la hora de deslizarse bajo el radar. Cuidado, cómicos de hoy, porque vuestro destino podría ser el mismo...

* Mike Myers

El triunfo: Convirtiéndose en el misterioso agente internacional Austin Powers, este habitual del Saturday Night Live hizo peligrar nuestra salud torácica durante tres entregas, en orden creciente de guarrería (y decreciente de originalidad). La fama también le llegó de forma animada, poniendo voz a nuestro ogro favorito en las cuatro entregas de Shrek.

¿Cuándo se acabó el chiste? En pleno apogeo de su fama y tronío, Myers se la jugó adaptando un cuento del Dr. Seuss en El gato. Conocidísimo en los países anglosajones, el autor de marras no tiene apenas repercusión en el resto del mundo, así que la película fue un fracaso. Cuando Myers volvió a su género de referencia (la comedia escatológica y referencial) lo hizo con la desastrosa El gurú del buen rollo. Resultado: otro flop.

Una nueva esperanza: El debutante Donald Margulies ha fichado a Myers para su biopic del batería de The Who, Keith Moon. El actor podría redimirse en un papel que le viene como un guante.

* Chris Tucker

El triunfo: Primero fue su intervención en El quinto elemento, después una sola escena (pero qué escena) en Jackie Brown, y finalmente, Hora punta. En 1998, Tucker parecía el más versatil y eficaz cómico afroamericano de su generación.

¿Cuándo se acabó el chiste? Básicamente, cuando Tucker decidió que esperar a que le ofreciesen las secuelas de Hora punta (hubo dos, en 2001 y 2007), y con ellas los cheques, antes que buscar buenos papeles. Ya podría haber aprendido algo de su compa Jackie Chan, un veterano con el que no pueden los años.

Una nueva esperanza: Durante la pasada década, el actor presentó documentales y volvió a su carrera como comediante de escenarios. No parece que tenga muchas ganas de volver al cine.

* Steve Martin

El triunfo: Estrella televisiva durante los 70, Martin pasó la década siguiente protagonizando comedias modestas y descacharrantes (Cliente muerto no paga, Un genio con dos cerebros) y ocasionales momentos de riesgo (Dinero caído del cielo).

¿Cuándo se acabó el chiste? En los 90, Martin decidió que sus dos pasiones (escribir novelas y tocar el banjo) eran más importantes para él que el cine. Y si no fue así, una carrera que por entonces transcurría entre remakes (El padre de la novia y secuela), proyectos sin fuste (Sargento Bilko, El charlatán) y asaltos desesperados al Oscar (Un golpe del destino) nos da todos los motivos para pensarlo. Especialmente si recordamos las dos entregas de La pantera rosa.

Una nueva esperanza: Inactivo en pantalla grande desde 2009, Martin volverá a finales de este año en The Big Year, junto a Anjelica Huston, Jack Black y Owen Wilson. Esperemos que se lo curre...

* Eddie Murphy

El triunfo: Tras inaugurar él solito (venga, va, junto a Nick Nolte) la comedia de acción ochentera con Límite: 48 horas, Murphy sacó todo el partido posible al nuevo género con la saga Superdetective en Hollywood. Cada vez que su propensión a protagonizar bodrios (Noches de Harlem, El gurú) amenazaba con mandar su carrera al traste, el actor se sacaba de la manga un nuevo triunfo (El profesor chiflado, Doctor Doolittle) que le devolvía al tope de la taquilla.

¿Cuándo se acabó el chiste? En dos palabras: Pluto Nash. Aficionadísimo a la ciencia-ficción, Murphy se jugó los cuartos en esta comedia, obteniendo a cambio un fracaso astronómico. Desde entonces, se mantiene a flote (artísticamente) con sus intervenciones como Asno en la serie Shrek, entregando de cuando en cuando filmes de calidad abismal.

Una nueva esperanza: Si Tower Heist, la película que coprotagoniza con Ben Stiller y Matthew Broderick, está a la altura de su talento (que lo tiene), podríamos hablar de una resurrección en toda regla.

* Jim Carrey

El triunfo: Tras recorrer el circuito de la stand up comedy y probar suerte en televisión (fue el la estrella blanca del show negro In Living Color), Carrey llegó a lo más alto con un imbatible póker de ases: La máscara, Ace Ventura, Dos tontos muy tontos y Batman Forever. En 1996, se coronó como el actor mejor pagado de Hollywood gracias, irónicamente, a un fracaso comercial: Un loco a domicilio.

¿Cuándo se acabó el chiste? "¿Jim Carrey, desaparecido?", diréis. "¡Pero si Philip Morris, ¡te quiero! se estrenó el año pasado!". Eso es cierto, como también es cierto que el filme fue rodado en 2008, y que la carrera del hombre de las mil muecas se parece mucho al Guadiana desde que El show de Truman nos convenció de que, más que un buen payaso, era un actor como la copa de un pino. Pese a los ocasionales triunfos (Man on the Moon, Yo, yo mismo e Irene, ¡Olvídate de mí!), Carrey parece dispuesto a mantener un perfil bajo. Sus problemas con la depresión tendrán algo que ver en ello.

Una nueva esperanza: Pasado el ataque de risa que nos produjo su versión de Cisne negro (en la foto), Los pingüinos del Sr. Popper podría ser un taquillazo veraniego, y una ocasión para reencontrarnos con el Carrey de siempre. Cuando dejemos de hacer chistes con marcas de lavavajillas, claro.

* Bill Murray

El triunfo: Este señor bajito e impávido ya era una estrella en EE UU (sí, otro más del Saturday Night Live) cuando El pelotón chiflado y Cazafantasmas revelaron sus poderes al mundo. Desde entonces hasta Vaya par de idiotas (1996), sus filmes son garantía casi segura de despiporre, con Atrapado en el tiempo como señera obra maestra.

¿Cuándo se acabó el chiste? Dicen los que saben que Murray es un señor con muy poquito sentido del humor y un ego enorme. Tal vez por ello, cuando no está ocupado haciendo cine de autor con sus amigos Wes Anderson (Academia Rushmore, Life Aquatic) y Jim Jarmusch (Flores rotas, Café y cigarrillos), el actor mantiene sus arcas llenas merced a cameos de lujo (Bienvenidos a Zombieland) y trabajos de los que él mismo se avergüenza, como Garfield. Recordar la cara que puso cuando 'su' Oscar por Lost in Translation fue a parar a Sean Penn aún nos da escalofríos.

Una nueva esperanza: Hasta que no se le bajen los humos, más bien poca.

* Rob Schneider

El triunfo: Algunos le odian, otros se parten de risa nada más ver su jeto escuálido. Lo cierto es que el creador de Deuce Bigalow: Gigoló fue aclamado en su día como la gran esperanza blanca (y seborréica) del cine cómico estadounidense.

¿Cuándo se acabó el chiste? Deuce Bigalow: Gigoló europeo y El gran Stan (su debut como director) fueron fracasos antológicos. De modo que Schneider volvió a casa (es decir, al Saturday Night Live) y se concentró en intervenciones y cameos diversos en las películas de su buen amigo Adam Sandler (Zohan, Niños grandes). Su estreno de 2010, The Chosen One, se estrelló en crítica y taquilla, y sigue inédito en España.

Una nueva esperanza: Volveremos a ver a Schneider a finales de este año en You May Not Kiss the Bride, una comedia sobre matrimonios de conveniencia, junto a Mena Suvari (American Beauty).

* Martin Short

El triunfo: Puede que su nombre no te suene de mucho (y menos aún si no has cumplido los 30), pero en los 80 Short se labró una buena carrera como secundario cómico en filmes como El chip prodigioso y Tres amigos, esta última junto a sus compadres Chevy Chase y Steve Martin. El actor repitió con este último en El padre de la novia y secuela.

¿Cuándo se acabó el chiste? Hiperactivo en televisión y teatro, Short no parece muy interesado en volver al cine. Sus últimos trabajos en la gran pantalla han sido como actor de voz (Las crónicas de Spiderwick).

Una nueva esperanza: Su viejo colega Tim Burton ha recurrido a él para uno de los personajes de Frankenweenie. Ahora bien: estamos hablando de un filme animado en el que le escucharemos, pero no le veremos.

* Rick Moranis

El triunfo: En los 80, si buscabas un actor cuya mera imagen moviese a la risa, Moranis era tu hombre. Su papel más inolvidable es el Louis Tully de Cazafantasmas, pero no podemos olvidarnos de otros filmes como Cariño, he encogido a los niños, Los Picapiedra, Tres mujeres para un caradura, Cariño, he agrandado al niño y (cómo no) Cariño, nos he encogido a nosotros mismos.

¿Cuándo se acabó el chiste? Esta vez hablamos de causas de fuerza mayor: en 1996, cinco años después de la muerte de su esposa, Moranis decidió abandonar la interpretación para centrarse en la crianza de sus hijos. Desde entonces le ha dado tiempo a ganar un Grammy al mejor cantante cómico (2005) y a hacer un poquito de voice acting.

Una nueva esperanza: Si Bill Murray se decide de una vez a dar el visto bueno a Cazafantasmas 3, volveremos a verle actuar.

* Whoopi Goldberg

El triunfo: Tras el inevitable (y exitosísimo) periplo como comediante, Goldberg debutó en cine de la mano de Steven Spielberg (El color púrpura). Pese al tremendo dramatismo de dicha película, y a su Oscar como secundaria por Ghost, la actriz se concentró acto seguido en la comedia más cachonda, con sus altos (Sister Act) y sus bajos (Made in America).

¿Cuando se acabó el chiste? En 2007, tras una serie de temporadas no muy lucidas, la Goldberg aceptó un puesto como presentadora en el talk show The View, tras anunciar públicamente que no le llegaban buenos guiones. En dicho espacio, Goldberg ha protagonizado algún pequeño escándalo que otro.

Una nueva esperanza: Goldberg será uno de los múltiples cameos de lujo en la nueva película de Los Teleñecos.

* Gabino Diego

El triunfo: Desde que Fernando Fernán Gómez nos mostró sus onanismos prebélicos en Las bicicletas son para el verano, Gabino fue uno de los rostros más reconocibles y queridos del cine español. Su consagración cómica llegó en Amanece, que no es poco, y se convirtió en pareja inseparable de Jorge Sanz en títulos como Los peores años de nuestra vida y Belle Époque.

¿Cuándo se acabó el chiste? Tras unos 90 triunfales, la estrella del actor fue declinando paulatinamente con la nueva década, con Torrente 2: Misión en Marbella como único papel memorable. Salvo un cameo este mismo año en La daga de Rasputín, Diego no ha hecho públicos planes para volver al cine como protagonista.

Una nueva esperanza: ¿Una serie de TV inspirada en el show de Larry David, quizás?