Zheng se considera "el vendedor de risas profesional número uno del mundo" y ofrece un catálogo de 12 expresiones faciales.
En las calles de Chongqing, en el centro de China, y por 1 yuan (9 céntimos de euro), el cliente puede pedirle a Zheng una sonrisa, una carcajada, una burla, una mofa o una risita sarcástica.
Si la cifra aumenta a 10 yuanes, uno puede conseguir un descuento y observar las 12 muecas, incluida la sonrisa que Zheng luce en la parte trasera de su cabeza gracias a un innovador corte de pelo.
"Deberíamos reír mas. Reír es saludable", recuerda Zheng a los viandantes que se detienen frente a su puesto de sonrisas, aunque luego sean pocos los que le paguen el servicio.
Zheng puede afirmar sin problemas "soy reidor", como hace el serio y hasta triste protagonista del cuento homónimo del escritor alemán de la posguerra y Premio Nobel de Literatura en 1972, Heinrich Boll
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