El glande: importancia del olfato y el tacto

  • Pilar Cristóbal sigue con las peculiaridades del pene masculino.
  • Explica que se debe dar un rodeo antes de "entrar en la bragueta".
  • Advierte de que el glande tiene muchas terminaciones nerviosas.
Imagen de un torso masculino desnudo.
Imagen de un torso masculino desnudo.
SXC.HU/V8
Imagen de un torso masculino desnudo.
Seguimos con los gustos del pene.

Para satisfacer su olfato
usa perfumes con olor de flores, no con olor a frutas o comestibles, que sugieren más la vida familiar que la sexual. Un buen truco es tomar nota del perfume que llevabas el día de la primera cita, ese olor ha quedado grabado en la memoria del pene (que también la tiene)
y le hará evocar pasados éxitos.

En cuanto al tacto, no entres a saco en su bragueta. Aunque no es eso lo que nos han contado,
la mayoría de los penes prefieren un pequeño rodeo para que les dé tiempo a crecer un poco, a ninguno le gusta que lo toquen cuando todavía no ha alcanzado por lo menos la mitad de su tamaño.
Caricias intensas, calientes

Empieza la caricia por la rodilla y la zona interior de los muslos, incluso por encima de la ropa.
La mejor caricia es la intensa, caliente y que amasa o hace pequeños círculos. Sigue con ritmo por la zona interna del muslo y cuando notes que el bulto ha crecido, ponle la mano encima apretando hacia abajo. Sentirás como crece bajo tu palma.

Ya lo tienes en tu mano. Cuando apartas la piel de la parte superior del pene, te encuentras con el glande.
¡Ojo!, contiene millones de terminaciones nerviosas, no tantas como las del clítoris, pero casi, casi, por lo que es extremadamente sensible.

La mayoría de los penes no toleran una caricia directa sobre él, prefieren
que su propia capucha (el prepucio) sea la que entre en contacto con él, pero le encantará que lo lamas suavemente o lo beses con dulzura. ¡Ah!, y ni se te ocurra tocarlo después de la eyaculación.
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