La ciudad de los Nadies

Tenía sólo 20 años cuando la fotografía La ciudad definitiva, inspirada en una novela de James Graham Ballard que entonces, en 2008, se exponía en una sala de Barcelona, lo cambió todo. Uno de esos pequeños gestos llenos de casualidad que hacen que el destino gire su rumbo.

Devoré todas sus novelas en los meses siguientes. Pasaba ocho horas leyendo todo lo que había publicado y mi única salida consistía en acudir al Centro de Cultura Contemporánea para observar durante unos minutos la imagen de La ciudad definitiva.

Además de sus obras leí todo lo que encontré en prensa sobre Graham Ballard y así me enteré de que estaba muy enfermo. Así que no lo dudé: tení que contactar con él como fuera, y lo logré.

Sólo mantuvimos una conversación, muy larga, pero una. "Si quieres salvarte, vete de aquí, busca un lugar donde el hombre no haya construido y aléjate de lo que vendrá" fue lo último que me dijo y el inicio de La ciudad de los Nadies.

No estaba solo, muchos vinieron conmigo. Había más de los que entonces parecía que estaban hartos de sus trabajos, de sus vidas, de sus obligaciones, de tener que tener y tener, del vacío y de la obligación de ser alguien.