Sueños rotos

Hace tiempo que no estoy tan nervioso. Mi mujer, que está embarazada de siete meses, está a punto de llegar a la cafetería en la que hemos quedado. Nosotros la llamamos nuestra cafetería, porque desde que empezamos a salir hace diez años siempre hemos venido aquí a celebrarlo todo.

Hoy la he citado aquí a media mañana, una hora y un día (miércoles) inusuales para esta cita, así que imaginará que tengo alguna sorpresa preparada.

No se ha quejado pero sé que está triste por tener que pedir prestada la cuna para el bebé, pues no estamos atravesando una buena racha económica. Por eso he estado los dos últimos meses construyendo una cuna y un armarito para la ropa del bebé que esperamos, y lo he hecho siguiendo una foto de la cuna y el armarito que vio ella en una revista de decoración.

Podría haberme pedido que hiciera yo la cuna, para eso soy carpintero, pero no lo hizo porque estoy todo el día trabajando para sacar adelante la carpintería. Hasta he tenido que prescindir de mi único ayudante... No quise vender el local cuando cualquiera lo hubiera comprado y ahora...

Mi mujer ya está aquí. Se ha puesto muy guapa: debe de creer que la voy a llevar a algún sitio bonito. Le digo que no pida nada, que vamos a otro sitio.

De la mano recorremos las cuatro manzanas que nos separan de la carpintería. Paseamos en silencio, nerviosos y contentos. Cuando llegamos al local, me sorprende que la puerta esté abierta, aunque a lo mejor

olvidé echar la llave con los nervios.

Le tapo los ojos con mis manos antes de entrar y le pido que no se gire mientras enciendo las luces. Acompaño el momento de un "¡sorpresa!" que acabo en grito. Mi mujer se tapa la boca en gesto de alarma ante lo que ve. Inmediatamente después, empieza a temblar. Tengo la sensación de estar en medio de una película de terror. Reacciono y me acerco a ella, la abrazo, temo que se desmaye. La saco de allí, no quiero que siga viendo esto.

La cuna y el armarito están destrozados. Junto a los restos, el martillo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento