Dejé de hablarme con mi hermano

Hace años dejé de hablarme con mi hermano por un tema de herencias familiares. Ahora le ha dado un infarto. Me gustaría llamarle y ver cómo está, pero mi mujer dice que no se me ocurra, que me acuerde de cómo se puso cuando discutimos. ¿Qué debo hacer? Me siento muy ruin sin dar señales de vida.

No debes dejar que nadie, ni nada, se interponga entre tu hermano y tú. Ya lo hizo una herencia hace años. No permitas que la inflexibilidad de otros te aleje de él. Nada de llamadas. Vete a su encuentro y, cuando le veas, sonríe y regálale lo más preciado: tu cariño y tus miradas llenas de amor y de recuerdos maravillosos. ¡Os quedan muchos momentos para vivir felices! ¡No dejes que se os escape ni un solo instante de reconciliación!

Tengo 38 años y me dedico a la enseñanza. Llevo toda la vida luchando contra mis inseguridades y mi timidez. Todo el mundo dice que soy buena profesora, los hombres me ven atractiva y mi marido está muy enamorado de mí. Pero soy muy insegura, nunca estoy satisfecha, veo peligro en todo y mi autoestima está por los suelos. No soy feliz.

Tus pensamientos irracionales son los que te hacen sufrir. Recuerda que nuestras emociones están provocadas por lo que pensamos. Intenta ser constante y cada vez que te sientas mal escribe lo que estás pensando en esos momentos. A continuación busca un pensamiento alternativo, más positivo, y escríbelo también. Cada vez que te sientas mal, concéntrate en las caras alegres de tus alumnos, en los ojos brillantes de tu pareja y en los pensamientos alternativos. Con perseverancia e ilusión, vencerás tus miedos.

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