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Un estudio del PSOE atribuye la derrota del PP el pasado 9 de marzo a su radicalismo

El presidente del PP, Mariano Rajoy, durante la cena del 50 aniversario del Círculo de Economía.(XAVIER BERTRAL / EFE).
XAVIER BERTRAL / EFE
La "imagen de radicalismo" que dio el PP en la pasada legislatura "está en el fondo del sentimiento de rechazo que
termina movilizando votantes en torno al PSOE". Así lo concluye un estudio encargado por los socialistas y al que ha tenido acceso

El estudio, se basa en los datos de una encuesta realizada a 2.000 personas entre los días 8 y 17 de abril, recoge el contraste de la imagen que daban los dos partidos. El 71% veía al PSOE como "un partido moderado" donde un 16% lo "considera muy o bastante radical". Por su parte el PP, el 51% percibía al partido como "muy o bastante radical" frente al 37% que cree que "moderado".

A estos porcentajes se sumaron la debilidad de Mariano Rajoy que se extendió a sus propios votantes. Uno de cada cuatro encuestados defendía que el mejor líder posible para el PP es Rajoy frente al 62% que opina que hay quién podría hacerlo mejor. Este sentimiento también está valorado por quienes votaron al PP: el 36% asegura que es el mejor líder mientras que el 58% estima que otro líder lo podría hacer mejor.

Política antiterrorista, clave en la campaña

Por su parte, José Luis Rodríguez Zapatero ganaría por solvencia frente a Mariano Rajoy. Así, el 60% de las personas encuestadas asegura que el líder socialista fue más convincente en la campaña electoral frente al 22% daba esa ventaja a Rajoy. El 56% veían en Zapatero a su mejor representante frente al 26% cree que es Rajoy.

El mayor problema con el que se ha encontrado Rajoy, es según el estudio, "la relativamente elevada proporción de sus votantes que se muestran críticos con su liderazgo". Un 22% de los votantes de PP son más críticos con su liderazgo mientras que los socialistas son casi unánimes.

Como puntos claves en cuanto al desarrollo de la campaña electoral, la mayoría de los encuestados, asegura que el eje principal fue la política antiterrorista a la que Zapatero imprimió un giro de 180 grados al cerrar la puerta a cualquier diálogo con ETA". El 60% opina que este asunto fue "muy o bastante importante", por delante de la economía (55%), la inmigración (54%) o las políticas sociales (54%), recoge Público.