Sonia García Vizuete, jefa de Digestivo: "Los fármacos son seguros y la retirada de la ranitidina es la prueba"

Doctora Sonia García Vizuete, jefa de Digestivo en el Hospital Quirón Salud Sur.
Doctora Sonia García Vizuete, jefa de Digestivo en el Hospital Quirón Salud Sur.
HOSPITAL QUIRÓN SALUD SUR
Doctora Sonia García Vizuete, jefa de Digestivo en el Hospital Quirón Salud Sur.

La ranitidina ha sido protagonista estos días de muchos titulares tras la orden por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) de retirar todos los fármacos de uso oral que la contenían, por la posible presencia de un probable carcinógeno, las nitrosaminas.

Se trata de un compuesto que disminuye la cantidad de ácido que se produce en el estómago y está indicado en afecciones como el reflujo gastroesofágico, las gastritis o las úlceras. Un medicamento "seguro" recalca la doctora Sonia García Vizuete, jefa del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Sur, que insiste durante toda la entrevista en que "vayan con tiempo y calma al médico para buscar un tratamiento sustituto" y que ningún paciente interrumpa "un tratamiento necesario".

¿Ya han tenido pacientes interesados en cambiar de tratamiento tras las últimas noticias?

Sí, ya estamos recibiendo pacientes que quieren que les cambiemos el tratamiento. Sobre todo desde ayer y antes de ayer empezamos a recibir gente interesada. La gente no debe tener miedo. Los fármacos son seguros y esta retirada es una prueba de ello.

¿Por qué se ha retirado toda la ranitidina de uso oral entonces?

Se han detectado nitrosaminas, pero solo en excipientes. El principio activo no tiene ningún problema. De hecho es la primera vez que hay una alerta asociada a la ranitidina, que es un fármaco muy antiguo, apareció en los años setenta. Tanto los profesionales de la salud como los medios tenemos la responsabilidad de transmitir tranquilidad. El efecto acumulativo de las nitrosaminas puede producir cancer, pero es que están presentes en cualquier producto ahumado o en una carne que haces al a barbacoa.

¿Diría que la ranitidina es uno de los fármacos más recetados para dolencias gástricas?

Es mucho más utilizado el omeprazol. La ranitidina es mucho más antigua y, de alguna manera, perdió su papel protagonista para tratar estas dolencias cuando aparareció el omeoprazol en la década de los ochenta. Cuando yo acabé la carrera en el 87, el omeoprazol ya era ampliamente conocido.

Pues parece que aún hay mucha gente tomándolo.

Hay dos razones por las que lo estamos recetando ahora más que hace cinco o seis años. Las primera es porque se han publicado informaciones en internet sobre los peligros del omeoprazol que hace que la gente no lo quiera. Se ha llegado a decir que produce alzhéimer o descalcificación, que desde un punto de vista científico no es cierto.Y por otro lado porque hay circunstancias en las que es preciso usar la ranitidina.

¿Cuáles son esas circunstancias?

Se usa para el reflujo para las embarazas porque durante el primer trimestre de embarazo no se puede dar omeoprazol. También cuando tienes que hacer análisis en busca del helicobacter pylori, para poder saber si la persona lo tiene o ya lo ha eliminado necesitas quitar el omeoprazol.

¿No hay ningún otro caso en el que sea más recomendable recetar ranitidina?

Realmente no, salvo en mujeres embarazadas, en las que se necesite detectar el helicobacter o personas con alergias o que no toleren el omeprazol, en general se usa más éste último porque es mejor.

¿Por qué es mejor?

Es más potente. El mecanismo por el que inhibe el ácido es diferente. La ranitidina inhibe la función de ácido por un mecanismo indirecto. El omeoprazol bloquea la maquinaria celular que genera ácido en el estómago y de forma irreversible. La ranitina funcionaba bien con la gastritis, pero con el reflujo lo hacía regular; en cambio con el omeoprazol los pacientes vieron el cielo abierto. Y los médicos también, claro.

Hay pacientes que llevan tomando ininterrumpidamente estos fármacos, la ranitidina y el omeprazol, desde hace décadas. ¿No hay inconveniente en ese uso tan prolongado?

No lo hay.  Si tienes una gastritis crónica o una enfermedad por reflujo, con frecuencia sí hay que darlos a largo plazo, igual que sucede con un tratamiento para la hipertensión. Estás bien porque lo tomas, pero si dejas de la medicación volverás a estar mal. De la misma manera hay enfermedades crónicas del aparato digestivo en las que sí es preciso medicarse y es el facultativo el que tendrá que sopesar los beneficios frente a los riesgos.

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