El sudor es un mecanismo natural y muy saludable para eliminar toxinas de nuestro organismo, pero cuando el calor aprieta pasa a ser un problema.
Sudar bajo control
Aunque te duches, bañes o laves diariamente, el sudor no se puede evitar. Tenemos cerca de 2 millones de glándulas productoras de sudor que regulan la temperatura del cuerpo y segregan una quinta parte del agua que el cuerpo pierde diariamente. El sudor, en realidad,
A la carta
Desodorantes: Contienen ácidos grasos que desactivan el producto maloliente formado por las bacterias a partir del sudor. Generalmente contienen alcohol, lo cual contribuye a cerrar las glándulas sudoríparas.
Antitranspirantes: Reducen alrededor de un 80% de la humedad y todo el olor. Los agentes químicos que ejercen este efecto son: el aluminio clorhidróxido (u otras sales de aluminio similares) y/o el circonio. Además, ayudan a desbloquear las glándulas sudoríparas y, si no hay humedad que las atraviese, impiden la formación de ácido caproico (es el que provoca el olor).Absorbentes de olores: Detienen las
Bactericidas: Destruyen las bacterias de la superficie de la piel mediante activos antisépticos.
La naturaleza a tu favor
Puedes utilizar productos naturales para combatir la transpiración corporal.
Baños con hojas de pino. Es aconsejable utilizar 60 gr. por litro de agua, que se añaden al agua de baño.
Báñate de forma localizada manos, pies o axilas con varios puñados de agujas de pino que habrás cocido en 2 litros de agua durante 1 hora. (2 veces por semana).
Otro remedio muy antiguo, pero de gran efectividad, es tomar un terrón de azúcar impregnado con esencia de salvia (3 ó 4 veces a la semana). Si lo haces de forma constante es una buena ayuda para controlar el exceso de transpiración en general desde el interior.
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