Primeras reacciones a 'The Tree of Life': "Demencial y magnífica como una nave espacial"

Seis años de producción, un reparto estelar con Brad Pitt y Sean Penn al frente y la firma de uno de los directores más geniales e imprevisibles de la historia. Esas son las razones por las que The Tree of Life, la quinta película de Terrence Malick (Malas tierras, La delgada línea roja) ha causado tanta expectación en el Festival de Cannes 2011.

Con el filme ya estrenado, CINEMANÍA te ofrece las primeras reacciones de la crítica española e internacional a esta historia cósmica, que abarca desde la creación del Universo a las quisicosas de una familia estadounidense en los años 50. Como podrás leer, algunos piensan que The Tree of Life es una nueva obra maestra que aportar al canon cinematográfico, y otros que resulta un bodrio pretencioso. Sin embargo, todos coinciden en una cosa: tardaremos mucho tiempo en volver a ver una película así.

The Hollywood Reporter: "La quinta película de Terrence Malick en sus excéntricos cuarenta años de carrera es una hermosa creación que pondera lo imponderable, pregunta aquello que los profetas y los pensadores han planteado durante milenios y provoca encendidas divagaciones filosóficas junto a una intensa introspección personal. Como tal, es una película difícil para el gran público, y provocará arduos debates incluso entre los más cinéfilos”.

Variety: “Con su nueva película, Malick se ha quitado la máscara. Ha abandonado la narrativa difusamente histórica de sus dos películas anteriores, La delgada línea roja y El nuevo mundo, para contar un asomo de historia íntima que le permite abordar sus preocupaciones cósmicas de la forma más independiente y directa posible. Pero, lejos de parecer pretencioso, el filme se alza sorprendentemente como el trabajo más accesible y emocional de Malick desde Días del cielo (1978)”.

Total Film (vía Twitter): "Visualmente arrebatadora y técnicamente magistral, pero emocionalmente huera y pretenciosa hasta lo molesto".

Empire: "Sólo el tiempo nos dirá si es una obra maestra adelantada a su tiempo o sólo una locura exagerada y autoindulgente. Personalmente, apostaría por esto último".

The Guardian: “La demencial y magnífica película de Malick desciende lentamente, como una suerte de nave espacial en prototipo: es una épica cósmico-interior de proporciones megalómanas, un ‘chúpate esa’ al realismo, una desautorización de la ironía y la comedia, una meditación sobre la memoria, y un gemido de horror y admiración ante la misteriosa inevitabilidad del amor, y de perder a aquellos a los que amamos”.

The Daily Telegraph: “Aunque en ella hay escenas de gran belleza, que te llenan con la sensación de que algo muy importante está a punto de ser revelado, parece la parodia que un detractor de Malick habría hecho de una de sus películas, un compendio sobrecargado de imaginería topográfica y cósmica que se incrusta torpemente en una narración bien construida, pero nada excepcional, sobre la represión de las emociones en la vida suburbana de los EE UU en los 50”.

El País (crónica en vídeo de Carlos Boyero): “Es de una densidad tremenda: salgo del cine con sensaciones muy raras pero muy poderosas. Terrence Malick pretende hacer poesía, ¿y cómo hacer poesía con imágenes? Tiene hora y media en la que describe la infancia como yo nunca la había visto en el cine (…) y luego hay otra parte, al final, que a mí me resulta muy grata de ver pero tengo la sensación de que estoy ante el National Geographic. El tono filosófico me cansa, pero creo que es una obra de arte. Una película única, así como Terrence Malick es un director que hace lo que no hace nadie”.

El Mundo (crónica de Luis Martínez): “¿Obra maestra o gran fraude? Probablemente, las dos cosas. Terrence Malick ha entrado ya, definitivamente, en la categoría de artista infectado de sí mismo. (…) Raptado por una suerte de lírica new age de sonajero, la película apenas acierta a retratar el sentimiento de pérdida con una falta de rigor y de honestidad ciertamente preocupante. Es cierto que la caligrafía rota, sensible y precisa que ordena la filmografía del director arrolla cuando aparece. La mirada del chaval que descubre en la violencia de su padre el rigor de su amor es capturada con una certeza que asusta. Es en esos instantes, directos y vacunados contra la pedantería, cuando aparece la sensación de reconocimiento”.

Público (crónica de Sara Brito): “La osadía de Terrence Malick en The Tree of Life es mayúscula, pero también su grandilocuencia y en ocasiones su desmesurada simpleza. (…) La película, panteísta en su más extensa acepción, roza el ridículo en ciertos momentos, mientras en otros, sobre todo en la microhistoria emocional de una familia, es conmovedora. Pero el castillo Malickiano tristemente no se sostiene. El final es descorazonador al vagar entre lo new-age y un cristianismo trasnochado: terrible esa playa-cielo, cuya estética se aproxima a un anuncio de fondos de inversión. (…) Lo que en 2001 resultaba entonado y clarividente, aquí se torna hinchado y altisonante. Lágrimas cayeron ayer en la Croisette por el gran Malick. De emoción y de pena a la vez”.

Film School Rejects: “Más que reafirmarse como auteur con The Tree of Life, Malick ha entregado un ejercicio excesivamente largo de masturbación fílmica. Dada su tendencia a producir películas de visceral y apabullante belleza visual, era sólo cuestión de tiempo que el director se lanzase al extremo, presentando algo que valora más su apariencia y su pomposo mensaje que establecer un contacto con el público. El resultado es una experiencia alienante, impresionante a la vista pero más propensa a inspirar admiración distante y encogimientos de hombros que un verdadero disfrute”.

The Wrap: “Hay películas que no están pensadas para ser vistas y absorbidas en dos horas. Necesitan ser visionadas a lo largo de los años, y suplican a su público que crezca con ellas, que deje evolucionar a su significado con el tiempo. 2001, una Odisea del espacio de Stanley Kubrick es una. The Tree of Life de Terrence Malick es otra”.

The Playlist: "Con The Tree of Life, el director ha creado de nuevo una experiencia fílmica que sólo se pertenece a sí misma, muchas veces poderosa y magistral, otras pretenciosa y pomposa, pero nunca olvidable. Es otra prueba de valor por parte de uan de las voces más originales del cine, así que arrinconemos los prejuicios y dejemos que The Tree of Life arraigue".