Pontevedra

Los vecinos del rural no tendrán marquesinas de bus hasta 2010

Los operarios municipales trabajan estos días a contrarreloj para llenar las paradas del autobús urbano de Vigo de marquesinas: en total, antes del 31 de diciembre de este año se instalarán más de 300, según el Concello. Sin embargo, no todos los vecinos de la ciudad tienen la suerte de ver a los obreros trabajar cerca de sus casas.

En las parroquias tendrán que estar, al menos, dos años más aguardando al autobús a la intemperie o resguardados bajo marquesinas artesanales y deterioradas. El _alcalde anunció la semana pasada que «este año se instalarán 300 y, después, cada año, 25 más». De este modo, para atender todas las «necesidades urgentes» que en esta materia contempla el Plan Veciñal, habrá que esperar hasta 2010.

El Plan de Acción de Barrios, elaborado por la Federación Vecinal, contempla alrededor de medio centenar de paradas de autobús para las que los vecinos del rural vienen reclamando marquesinas desde hace varios años. Una de las zonas con más solicitudes es Coruxo, donde los vecinos piden, al menos, seis en Fragoselo, la carretera de Camposancos, Ricardo Mella o Gamela Coruxeira, entre otras.

Un caso extremo se encuentra en la zona de O Freixo, en Valladares. Aquí los vecinos llevan ya tres años solicitando al Concello que instale marquesinas en su barrio. También en Candeán se piden para la Subida á Madroa o la calle Rabadeira. Unas peticiones que se repiten en las parroquias de Beade, San Andrés de Comesaña, Matamá, San Miguel de Oia, Sárdoma o Zamáns, entre otras.

Mientras, los trabajos de instalación de las nuevas marquesinas continuarán esta semana, por ejemplo, en la Travesía de Vigo.

La Federación Vecinal presentó su plan en junio y, desde entonces, aseguran que «no se ha instalado ni una sola marquesina de las que se solicitaron». Mientras, denuncian, «sólo en el centro se están cambiando por nuevas las que ya había, convirtiendo las viejas en chatarra».

Bolsas de plástico como resguardo

Para paliar las carencias, los vecinos recurren a la imaginación. En Candeán, por ejemplo, han habilitado una marquesina artesanal con troncos de madera con cubierta de bolsas de plástico. Allí también han optado por trasladar los bancos de la calle a las paradas de autobús con el fin de poder esperar sentados. Estas condiciones pueden suponer, en algunos casos, peligros para los usuarios. Los vecinos de Beade advierten del «peligro de derrumbe» de una de sus marquesinas. Es de hojalata y «su estado ruinoso puede provocar cortes», señalan.

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