Internacional

Alarma en EE UU por un componente tóxico en los recipientes de plástico

Un componente químico presente en miles de productos de plástico de uso diario ha desatado la alarma en EE UU, cuyo Gobierno ha reconocido que podría suponer riesgos para la salud humana tales como cáncer de mama y próstata y adelanto de la pubertad, este último en el caso de las niñas.

Se trata del bisfenol A (BPA), que puede hallarse en los recipientes para comida y bebida, biberones, discos compactos, móviles y algunos dispositivos médicos.

La posibilidad de que el bisfenol pueda tener un impacto en el desarrollo humano no puede ser subestimado
El Programa Nacional de Toxicología (PNT) de Estados Unidos, parte de los
Institutos Nacionales de Salud, ha realizado un informe en el que expresa su "preocupación" porque la exposición al BPA pueda causar
muerte fetal o de neonatos, así como malformaciones. También teme que pueda afectar al crecimiento de los bebés y que origine problemas reproductivos en adultos. 

El estudio recoge los datos de casi 500 experimentos de laboratorio con animales que han demostrado que su exposición a bajas dosis de BPA conlleva trastornos hormonales que producen los efectos antes descritos.

"La posibilidad de que el bisfenol pueda tener un impacto en el desarrollo humano no puede ser subestimado. Es necesaria más investigación", dijo el organismo.

Los fabricantes, a favor del bisfenol

La Agencia de Medicina y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) expresó en su momento que el bisfenol A es seguro en productos que usen los niños y bebés. Ahota, tras el informe del PNT, un grupo de congresistas demócratas han pedido a la FDA que reconsidere su opinión.

"Espero que la FDA tenga la intención de reconsiderar su posición sobre el BPA por la seguridad de nuestros bebés y niños", afirmó el congresista republicano John Dingel.

Por su parte, el Consejo Químico de Estados Unidos, un grupo de la industria, dijo que las conclusiones confirmaban que la exposición al bisfenol A es extremadamente baja y que no había pruebas directas de que afecte a la reproducción o el desarrollo en humanos.