Las siete cosas que más molestan a los españoles en el extranjero

Viajar solo es una experiencia que sirve para conocerte mejor.
Viajar solo es una experiencia que sirve para conocerte mejor.
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Viajar solo es una experiencia que sirve para conocerte mejor.

Es cierto que al estar lejos de casa tratamos de comportarnos siguiendo las normas y tradiciones del lugar de destino que hayamos escogido para nuestras vacaciones pero, lo cierto es que no importa los kilómetros que hayamos recorrido o cuántas fronteras hayamos cruzado, existen unas líneas rojas que no estamos dispuestos a cruzar y, cuando tenemos que hacerlo, no podemos evitar quejarnos en todos los idiomas que conocemos.

¿Cuáles son los detalles que más molestan a los españoles cuando viajamos al extranjero?

1. Ausencia de persianas. En España es muy común que en todas las casas podamos dormir a oscuras. Es cierto que cada vez más hoteles e, incluso domicilios particulares, van sustituyendo las persianas, pero no nos hemos acostumbrado todavía. Necesitamos oscuridad para dormir por muchas contraventanas, cortinas oscuras, stores tupidos que nos pongan, nunca conseguimos descansar igual.

2. Café con hielo. ¿Tan difícil resulta entenderlo? Nos gusta el café frío, pero al cruzar la frontera conseguir cubitos de hielo se convierte en misión imposible. Si además queremos un poco de leche con el café para tomar un cortado, la combinación de los tres elementos resulta imposible.

3. Dar propina. Nos lo advierten una y mil veces pero, acostumbrados a no dejar propina o dejar las vueltas, se nos hace bastante cuesta arriba. Y eso que hay países en los que resulta toda una afrenta, pero muchas veces la falta de costumbre nos hace quedar muy mal.

4. Los horarios. No es solo que no nos adaptemos al salir al extranjero, es que además nos enfadamos cuando a las 18.00 no hay nadie en la calle y está todo cerrado. ¡Pero si acaba de empezar lo mejor del día!

5. Saludos. Sale sin querer, pero lo tenemos tan interiorizado que no comprendemos que para muchas culturas no resulta cómodo ni dar dos besos, ni abrazar, ni siquiera situarnos tan cerca de la persona que nos está hablando. Los espacios vitales y el contacto dos claves para poder entablar relación con alguien de otra cultura.

6. El volumen. Hablamos muy alto, más de lo que pensamos y no somos conscientes hasta que haciendo fila en el extranjero de repente oímos a otros españoles desde el final de la cola. No están chillando, es su tono de voz, pero les oímos perfectamente desde donde estamos y somos capaces de empezar una conversación a distancia.

7. Fútbol. Hay más equipos en la liga española que el Madrid o el Barcelona y muchos más deportes en el mundo que el fútbol, pero si intentas entablar conversación con un extranjero acabará hablándote de fútbol. Bueno, del Madrid y el Barcelona concretamente.

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