Fusilli, farfalle y rigatoni, tres pastas ideales para grandes salsas

Plato de pasta.
Plato de pasta.
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Plato de pasta.

Es raro encontrar una persona a la que no le guste algún tipo de pasta: tallarines, espaguetis, fusilli, farfalle .... Pero no mucha gente conoce las diferencias entre ellas: algunas pastas son largas, otras son cortas, unas lisas y otras con estrías, algunas vienen de la zona de Roma y otras de Nápoles, etc.

Hay quien sitúa el origen de la pasta en Italia en una preparación etrusca basada en triturar diversos cereales y granos que se mezclaban con agua y luego se cocían. También se habla de una preparación local que descubrieron los griegos al fundar Nápoles y, posteriormente, se encuentran referencias en la antigua Roma. Fueron de hecho los romanos los que crearon los utensilios para preparar pasta y, gracias a su facilidad de almacenamiento y transporte, se extendió rápidamente por todo el Mediterráneo.

A partir de ahí, la pasta como la conocemos actualmente se cree que viene de principios del siglo XII y no como se pensaba anteriormente de la época de Marco Polo, a quién se le atribuía el haberla traído de sus viajes por China.

Volveremos con más calma a todo esto, pero hoy solo quiero hacer una pequeña introducción para explicarles qué pastas utilizar en diferentes platos.

Empezaremos por tres pastas cortas: fusilli, farfalle y rigatoni. En cada caso, la forma y la textura de la pasta, es la que determina el tipo de salsa que mejor le puede ir. En general, es importante tener en cuenta que la pasta con estrías suele retener mejor las salsas, por lo que se suelen recomendar para preparaciones con salsas potentes. Hoy les cuento que hacer con tres pastas cortas:

Es una pasta de forma helicoidal y muy similar a otra pasta llamada "rotini" proveniente del Norte de Italia. La forma de los fusilli les permite retener las sustancias líquidas, por lo que es una pasta ideal para prepararla con salsas ligeras, y es una base perfecta para una ensalada al poder mezclarse con cualquier aliño.

Es muy habitual encontrar los fusilli en diversos colores al añadirles en su preparación distintas verduras. Es una pasta que se puede ver realzada con el tomate, el ajo y la guindilla de la salsa arrabiata y que, en esta preparación agradece un vino blanco ligero y fresco.

Plato de fusilli con puerros y almejas.
Plato de fusilli con puerros y almejas.

La traducción literal de farfalle es "mariposas", lo que se puede entender al ver su formato. Debido a esa forma, esta pasta ofrece distintos tipos de textura entre los bordes dentados y el centro, donde se resulta un poco más gruesa.

Si quieren preparar un plato de pasta aderezado con una salsa un poco compleja o si se quieren inventar algún tipo de salsa, los farfalle son una magnífica opción. Como sugerencias, van estupendamente aderezándoles simplemente con tomates cherry y menta, o bien con una salsa Aurora (en un cazo se derrite mantequilla, se retira del fuego y se añade la harina o maicena, se agrega la leche y se mezcla bien hasta formar una bechamel sin grumos; añadir una pastilla de caldo de ave y tomate frito. Poner al fuego, batir hasta que hierva y poner nuez moscada al gusto).

El vino para acompañar puede ser perfectamente un Pinot Grigio

Un plato de farfalle con salsa boloñesa.
Un plato de farfalle con salsa boloñesa.

Aunque la forma de esta pasta romana puede llevar a confundirla con los penne, la diferencia estriba en su particular dureza. Esta pasta es perfecta para acompañarla con salsas muy complejas y es importante mantener su dureza al cocinarla.

Una salsa amatriciana, con su toque picante puede ser un excelente acompañamiento y un vino orgánico de Montepulciano ayudará a completar la combinación.

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