El cuerpo es el motor
«Este trabajo no habla del envoltorio de la piel, ni de lo que oculta, sino de lo que esa piel ve, lo que le asusta y transforma, lo que la despierta y lo que la duerme. Hablar de danza es hablar del cuerpo vivo, expuesto y sensible», explica Daniel Abreu, coreógrafo y director de la obra.
«Los primeros bailes que vieron mis ojos estaban ligados a los brazos de mi madre, meciendo un cuerpo y acariciando una cabeza; a las manos de mi abuela peinándose el pelo que ocultó durante años bajo un pañuelo negro; a mi padre con las manos entrecruzadas, girando sus pulgares en un continuo remolino; a mi hermano corriendo escaleras arriba y abajo; y a mi buscando algo más en los detalles».
Negro se puede englobar dentro del marco de la improvisación y la danza contemporánea. Las experiencias de los propios intérpretes ante su memoria y su propia calidad de movimiento forzada por la dirección del trabajo.
Negro es, ante todo, un paisaje personal: «Cada cosa que ven los ojos es diferente, cada cosa que es escuchada es diferente, cada caricia, y cada puesta de sol. La ventana me ofrece un paisaje para regalar a los otros, a ti, porque no te pertenece mi atardecer, este solo lo veo yo».
* Teatro Ensalle. Chile, 15. Hoy y mañana a las 22.00 horas; el domingo a las 21.00 horas. Entradas: 9 euros.